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06:37 martes 19 junio, 2018
ColaboradoresEditorial EL UNIVERSAL / CDMX, ciudad violenta “En la Ciudad de México no hay cárteles del narcotráfico”, era una de las frases más repetidas por las autoridades locales cuando eran cuestionadas sobre la presencia de grupos del crimen organizado y el incremento de situaciones violentas. Se reconocía la actuación de bandas dedicadas al narcomenudeo, pero varios hechos ocurridos de manera reciente dan cuenta de organizaciones delictivas que actúan como cárteles, asesinan como cárteles y muy probablemente corrompen como cárteles. La madrugada del domingo aparecieron en una de las avenidas más importantes de la capital del país pedazos de restos humanos y una manta con el mensaje de un grupo criminal para sus adversarios. No ocurrió en la periferia sino en la delegación Cuauhtémoc, la más céntrica, que en su perímetro alberga la sede de los tres poderes del Congreso. El año pasado un operativo de elementos de la Marina en la delegación Tláhuac llevó al abatimiento del líder del cártel de Tláhuac. Tras el despliegue, varios vehículos fueron incendiados y sirvieron para bloquear vialidades de esa zona. Mucho antes se había registrado la aparición de un cuerpo colgando de un puente vehicular. En la Ciudad no son extrañas las capturas de líderes de grupos del narcotráfico ni las noticias sobre ejecuciones. ¿Se podrá seguir argumentando que no operan bandas del crimen organizado? Sean brazos de cárteles que tienen presencia en otras regiones o grupos de origen local, el grado de violencia que está empleando la delincuencia se conocía en la capital únicamente por la información que se recibía de otras regiones. La Ciudad presumió durante muchos años ser un oasis en medio de la violencia que se registraba en amplias zonas del país. Se instalaron miles de cámaras y la presencia policial era notoria. Ahora, en los hechos del domingo se da a conocer que no hay registro videográfico del momento, sino solo de los minutos previos y posteriores, porque cuando se depositaron los restos se estaba grabando en otra dirección. La violencia se manifiesta cada vez con mayor intensidad, como si las corporaciones de seguridad capitalinas no existieran para quienes extorsionan y asesinan. No hay mejor forma de corregir los problemas que reconocerlos. Minimizarlos, por lo visto, sólo ayudó a que el fenómeno creciera. Lo más grave es que la ciudadanía no sabe qué sigue. ¿Patrullajes militares? ¿Más hechos como el del domingo? ¿Una estrategia que efectivamente disminuya los índices delictivos? Lo sensato es la última opción. La decisión depende de la autoridad local.
FRENTES POLÍTICOS I. Notición. El tercero y último Debate Chilango para la Jefatura de Gobierno será transmitido en las pantallas del Metro. Ésta será la última oportunidad para que los capitalinos conozcan las propuestas de los contendientes, pues en los debates previos los candidatos sólo se atacaron y descalificaron. Transmitir el debate en el Metro es lo de menos, pues los ciudadanos desean que se brinden propuestas y soluciones para encarar los retos de la capital. Ya bastante descalabro significaron los debates por las alcaldías, pues fueron caros y poco vistos. A ello, hay que agregar la ceguera de los consejeros del IECM por el cúmulo de denuncias de compra de votos. Con base en lo anterior, sería bueno que los aspirantes a gobernar de verdad debatan y esto no sea, otra vez, una guerra de lodo. II. Con dignidad. Exembajadores de EU en México consideraron que el tema de seguridad entre los electores será el reto este 1 de julio. Es necesario, precisaron, tener muchos observadores que puedan constatar lo que ocurra en las casillas para atajar las quejas de fraude electoral de quien no reconozca los resultados. Ésa fue la percepción de James Jones y Jeffrey Davidow durante la conferencia Evolución Democrática de las Instituciones Electorales en México. Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, dijo que los ciudadanos pueden expresar un “no a la violencia” al votar masivamente. Es “gravísimo lo que está pasando”, dijo Córdova sobre la violencia. Hasta ahora se han dado 114 asesinatos políticos. Mesura y cordura es lo que necesitamos. III. Cautela. Pese a que las encuestas lo favorecen, Andrés Manuel López Obrador pidió a sus seguidores que no se confíen y salgan a votar. “No nos confiemos, en las encuestas el segundo lugar trae 20 puntos y nosotros traemos 50, otras marcan al segundo lugar con 25 y nosotros 50, de una u otra manera son 25 o 30 por ciento de ventaja, ¿qué me preocupa? muchos sienten que ya ganamos y no, hay que ir a votar”, recalcó. El abanderado de Morena, PT y PES, quien cerró campaña en Hermosillo, Sonora, sabe doblemente de lo que habla. En 2006 y en 2012, del plato a la boca se le cayó la sopa. Por eso, hoy prefiere prevenir. IV. A toda velocidad. De visita por Guanajuato, José Antonio Meade, candidato del PRI, señaló que el huachicoleo no podrá resolverse si no es con un trabajo de coordinación con Pemex. Meade dijo que se tiene que hacer un trabajo de prevención, coordinación e investigación para resolver los males que afectan a Guanajuato y a todo el país. “Vamos a encabezar un gobierno que no ponga pretextos, un gobierno que sabe que las primeras víctimas del huachicoleo están en Pemex y debemos trabajar en equipo para acabar con el huachicoleo”. En el acto, Meade aprovechó para dar un mensaje futbolístico: “Representamos a esta selección, vamos a ganar”. V. Costoso coqueteo. Hace unas semanas, Óscar Cantón Zetina era el abanderado del Verde Ecologista para el gobierno de Tabasco, pues tras haberse pronunciado en favor de Andrés Manuel López Obrador, candidato a la Presidencia por Morena, la Comisión de Honor y Justicia del Verde resolvió retirarle la candidatura. Durante el debate por la gubernatura, Cantón se manifestó en favor de AMLO. El CEN de su partido le conminó a reflexionar, sin embargo, el pasado 8 de junio en que se desarrolló el segundo debate entre los candidatos al gobierno de Tabasco, Cantón Zetina reafirmó que su voto sería para su paisano y, ahora sí, no se lo perdonaron. ¿Qué pesa más, la libertad de expresión o la filiación partidista?