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06:51 miércoles 3 octubre, 2018
ColaboradoresEditorial EL UNIVERSAL / ¿Cuál es la ruta anticorrupción?
En el pasado periodo de campañas electorales uno de los temas centrales para todos los partidos y candidatos fue el combate a la corrupción; se realizaron promesas en el sentido de que no se tolerarían actos de ese tipo y de que se tomarían acciones de prevención. Aunque el candidato presidencial triunfador tomará posesión en menos de dos meses, el Congreso de la Unión cumplió un mes de actividades sin que el tema se abordara. En el país, por un intenso impulso de grupos sociales, se puso en marcha la conformación del Sistema Nacional Anticorrupción (SNA), el cual no ha podido operar de manera total por no estar integrado al 100 por ciento, debido a la falta de voluntad política. Ahora, la nueva conformación en las cámaras legislativas podría ayudar a destrabar el proceso. Desde 2000, cuando por primera vez se dio una transición política en la Presidencia de la República, el combate al desvío de recursos públicos ha sido una encomienda no acabada. Hubo avances con la creación de la Auditoría Superior de la Federación, cuya tarea sólo vino a confirmar lo que se asomaba: desde las dependencias del gobierno federal se disponen miles de millones de pesos sin que exista un control preciso de su gasto ni indicadores que evalúen el cumplimiento de objetivos; es decir, escasa vigilancia al destino de los recursos. Los hallazgos de un ineficiente uso del gasto público se dan a pesar de que se fiscaliza una mínima parte del gasto total gubernamental. ¿Qué se encontrará si se diera una vigilancia más amplia? Este año el país esta viviendo una nueva transición. Un movimiento que enarboló la bandera de acabar con la corrupción gubernamental tiene el control del Legislativo y en breve del Ejecutivo. Las expectativas son demasiadas y desde ahora debería estarse vislumbrando la ruta que conducirá a un cambio en la manera de atacar ese lastre. México requiere algo más concreto que creer que el ejemplo de honestidad del titular del Poder Ejecutivo permeará en el resto de la administración. El SNA es una opción que debe consolidarse. En entrevista con este diario el titular del Inai, una de las instituciones que integran el SNA, considera que esta oportunidad es única: “Se debe aprovechar el momento refundacional de una nueva era republicana para relanzar los sistemas nacionales anticorrupción y de transparencia”. En tiempos electorales hubo mucho discurso anticorrupción. Ahora se requiere pasar a la acción y hacer a un lado la indiferencia.
Frentes Políticos I. Emociones desbordadas. No se vale que algunas de las personas que acudieron ayer a la marcha conmemorativa por los 50 años de la matanza de Tlatelolco entierren la poderosa convivencia con sus ya consabidos actos de salvajismo. No sólo hay que reprobar a quienes sobre la calle 5 de Mayo vandalizaron negocios y los saquearon; las pintas, imposible erradicarlas; además, anarquistas agredieron a un reportero de Grupo Imagen, quien se encontraba transmitiendo en vivo para Excélsior Televisión, cuando se dio cuenta, junto con el camarógrafo que lo acompañaba, de fricciones entre encapuchados y dueños de comercios. ¿No queremos un país en paz? Que la frase “Nunca más” también aluda a estos reprobables comportamientos. II. Ultimátum. Tras vencer el plazo perentorio para que explique dónde están 342 armas faltantes en Acapulco, el exalcalde Evodio Velázquez no justificó la ausencia y sólo señaló que 271 estaban amparadas por una averiguación y que, sí, 71 siguen perdidas. Se realizará una revisión minuciosa en la PGR y en la Fiscalía General del Estado. De existir irregularidades, la SSP estatal presentará la denuncia respectiva ante el Ministerio Público. No es lo único que tiene pendiente de trasparentar el exedil. Ayer, dos de sus mandos fueron encarcelados por homicidio; de acuerdo con reportes periodísticos, los inculpados fueron denunciados públicamente por sus nexos con el llamado Cártel Independiente de Acapulco, y Velázquez, a pesar de todo, los mantuvo a su lado. Está en problemas. III. De qué se asombran. Al asumir como gobernador de Morelos, el exfutbolista Cuauhtémoc Blanco les prometió a los ciudadanos, en su discurso del pasado lunes, que defendería la soberanía como defendió los colores de la Selección (Mexicana de Futbol). ¿Entonces, por qué la extrañeza al ver que en su gabinete incorporó a dos viejos conocidos, Germán Villa e Isacc Terrazas, ambos exjugadores de futbol, como él, al igual que el exárbitro Gilberto Alcalá? Pero no sólo serán ellos, pues incluso también sumó a quien fuera jefe de Prensa del América, Francisco Reyes. Uno: los morelenses votaron por el Cuauh y avasalló en las elecciones; dos: si va a defender a Morelos como al equipo nacional es obvio que los necesita. Y tres: ¿Por qué demeritar de antemano las cualidades de estos recién llegados a la política? Tiempo al tiempo. IV. Intereses definidos. Mientras el PAN en San Lázaro busca cerrar paso a los chapulineos legislativos, a través de una iniciativa presentada por el diputado Miguel Alonso Riggs Baeza, y al tiempo que Morena pugna por la creación del Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas, la diputada del PRD Verónica Juárez presentó una iniciativa para eliminar toda restricción para el uso de la cannabis con fines recreativos, la despenalización del cultivo para el consumo personal y el cultivo doméstico hasta tres plantas, sin necesidad de registro alguno. Hay que poner especial énfasis en el tema. Porque, como dicen, los adultos como sea, pero las criaturas… V. Borrón. José Ramón Amieva, jefe de Gobierno de la Ciudad de México, cometió el error de mandar quitar, en minutos, cincuenta años de historia. Envió a la bodega las placas alusivas al expresidente Gustavo Díaz Ordaz porque, dijo, “hay que cerrar ciclos”. Tomó la decisión sin consultar a las leyes, a las que se pasó por el arco del triunfo. ¿Por qué durante cinco décadas a nadie se le había ocurrido? Porque no hacía falta. Si lo que pretendía era notoriedad, hubiese pensado en algo benéfico para los capitalinos. El jefe de Gobierno sustituto, al que nadie eligió, por el que nadie votó, ahora será recordado por su torpeza. Lamentable. El 68 es mucho más que un berrinche personal.