Creer que el dinero se da en los cajeros automáticos es una concepción común de los niños, la llamada generación centennial, ¿a cuántos de nosotros nos han dicho “saca del cajero”, en el momento que afirmamos no tenerlo? Así de sencillo es, desde esa perspectiva particular que tienen de la vida. Será la educación financiera que les demos en casa la que los lleve a comprender las complejidades del dinero, así como que su uso inteligente evitará que sufran de los terribles dolores de cabeza que ven en los adultos. Y es que, de acuerdo con el estudio realizado por Kidzania, KIDEA 2019, los niños disfrutan de los beneficios de tener y usar dinero, sin embargo, también sufren el estrés de los adultos relacionado con tener problemas financieros, de manera indirecta. También, se observó que los padres son percibidos como la fuente de información más confiable cuando se trata de hablar de dinero. Además, cuando los padres tienen un enfoque más abierto hacia las finanzas y el dinero, fomentan actitudes positivas en sus hijos, como la seguridad, la apertura y la confianza. De acuerdo con el análisis, la forma en que los niños en diferentes países establecen su relación con el dinero se define principalmente por su edad y etapa de vida. A medida que los niños crecen, el dinero deja de ser percibido como una abstracción y se convierte en algo tangible. Los niños de 9 a 12 años de edad comienzan a notar la importancia y la necesidad de dinero en sus vidas, así como el papel que desempeña en la dinámica social y las preocupaciones o el estrés familiar que pueden estar relacionados con él. Pero no sólo eso, a ellos les tocará tomar aún más decisiones de las que tomamos nosotros, sus padres. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, afirma que ello es consecuencia de los cambios en el mercado y la economía (OCDE, 2014). Según Kidzania, los niños también son conscientes de las responsabilidades que implica la edad adulta. Saben que, a medida que una persona envejece, sus gastos y obligaciones aumentan; esta es una razón por la que están agradecidos de ser jóvenes. Estos roles son bastante claros para los niños, los cuales se perciben a sí mismos como gastadores y, a los adultos, como proveedores. Todos estos resultados del estudio nos muestran claramente que, si bien “las palabras educan, el ejemplo arrasa”, en finanzas personales aplica para el tipo de consumidor que estamos creando a futuro.

-- Con información de Dinero en imagen

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