¿Te ha pasado que eres la mejor dando buenos consejos pero eres pésima para ponerlos en práctica? No te preocupes, no eres la única. De acuerdo con diversos estudios, esta situación tiene un nombre: el Síndrome de Salomón y consiste en ser experta en ayudar a los demás a resolver sus conflictos sin poder resolver los propios. Los psicólogos explican que dar buenos consejos a los demás es una señal de empatía, objetividad, así como apoyo: pero no siempre es posible llevarlos al plano personal. Hay gente que puede tenderte la mano, ayudarte a salir adelante e incluso colaborar de forma positiva para cambiar tu vida; pero cuando te detienes a observar su vida, todo es caos. Aquí te explicamos las razones. Síndrome de Salomón, ‘consejos vendo, pero para mi no tengo’

El nombre de esta situación se debe a que un rey solía ser muy sabio, tanto que muchas personas le iban a ver para lograr aclarar su mente; pero cuando se trataba de sus situaciones, siempre le iba mal. Al respecto, los psicólogos explican que se debe a varios factores, entre ellos, que las personas suelen abundar más en la situación y piden más información acerca del problema, por eso dan buenos consejos. Por otra parte, al ser externo a la situación complicada, tienen diferentes puntos de vista y múltiples perspectivas: adempas de que toman una solución de forma eficaz ya que no les requiere de un compromiso. Si eres una víctima de este síndrome, los expertos recomiendan verte a ti mismo como parte externa del problema y analizar la situación como si lo hicieras por alguien más. Recopilar más datos, indagar e investigar también puede ser muy útil. --

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