A continuación reproduzco el discurso que tuve oportunidad de pronunciar en el Tecnológico de Monterrey en San Luis Potosí en la Ceremonia Conmemorativa del inicio de la Guerra de Independencia, celebrada a las 10:10 de la mañana del lunes 18 de septiembre pasado.
Miembros de la línea de honor, Comunidad del Tecnológico de Monterrey.
México no está pasando por uno de sus mejores momentos en su Historia Política. Con una imagen externa e interna deteriorada; con altos niveles de corrupción, impunidad, incompetencia, autoritarismo, mentiras, engaño y represión. Esto no debe desalentarnos, porque cuando somos conscientes del reto y actuamos con diligencia y compromiso ciudadano, seguramente saldremos fortalecidos, porque las crisis nos ofrecen oportunidades para cambiar nuestra apatía y sumisión por responsabilidad y trabajo.
Albert Einstein mencionó:
"No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar 'superado'. …” .
Quienes no se interesan en la Política, no se interesan en los demás. El peor lastre que puede tener un país es el de las personas apolíticas que sobreviven en su zona de confort sin servir al prójimo. Ser apolítico es ser nada, es no preocuparse ni ocuparse del bien común, es no hacerle falta a nadie.
¿Qué sentido tan vacío tendría vivir sin trascender a través de servicio al prójimo?
Los buenos ciudadanos se interesan en la Política –ciencia del bien común–, asumen sus responsabilidades y trabajan disciplinadamente en la dirección correcta, a la luz de la ética y la legalidad.
Una de las leyes universales es La Ley de la Cosecha. Cosechamos lo que hemos sembrado, somos los artífices de nuestro futuro, arquitectos de nuestro destino y constructores de nuestro porvenir.
Los seres humanos hemos recibido como dones la inteligencia, la voluntad y la libertad para ejercerlos; para actuar y hacer que sucedan los cambios que nuestro entorno y país necesitan.
Estemos orgullosos de nuestro país:
• De sus bellezas naturales.
• De la mayoría de su gente honesta, trabajadora y alegre.
• De su verdadera historia, tan alejada en muchas ocasiones de la Historia Oficial.
• De la calidad de su mano y mente de obra.
• Del ingenio, la creatividad y resiliencia de su gente. De su cultura, tradiciones y hospitalidad.
• De sus buenos empresarios que se enriquecen lícita y éticamente, y que generan empleo, bienestar y riqueza colectiva, consolidando de esta forma una de las mejores alternativas de pago de su Hipoteca Social.
• De los mexicanos que son ejemplos en el mundo de disciplina, compromiso y trabajo.
Pero seamos conscientes también:
• De las injusticias, corrupción, nepotismo e impunidad de los personajes pasados, presentes y futuros, que deterioran la imagen y la calidad de todo un país.
• De los malos políticos y empresarios que se enriquecen ilícitamente a costa del hambre, el dolor y la vida de la gente.
• De los delincuentes que pasan por encima de la ley, en contubernio con los malos funcionarios.
• De los apolíticos, que en nada contribuyen para que este país mejore.
• De los empleados que "hacen como que trabajan" y que con sus actitudes y conductas reducen la productividad de las empresas e instituciones.
• De la gente ignorante, indiferente y sumisa que solamente critica, se queja y despotrica, pero que no mueve un dedo para cambiar a México desde ella misma.
• Del control ideológico de la niñez y juventud a través de una "educación" de mala calidad.
Actuemos con disciplina y diligencia para fortalecer nuestra vida política:
• Actuando de forma intachable, con integridad.
• Esforzándonos siempre por dar un extra, algo adicional que hará la diferencia entre lo ordinario y lo extraordinario.
• Tomando decisiones, admitiendo nuestros errores y anteponiendo a nuestros intereses personales, los colectivos.
• Construyendo relaciones pensando siempre en ganar-ganar.
• Participando activamente como miembros de la sociedad civil organizada. Hay personas y grupos que necesitan de nosotros.
• Participando activa y positivamente en comisiones, asociaciones, partidos políticos, empresas, etc.
• Informándonos sobre los temas de interés de nuestro país, estado y comunidad.
• Dando seguimiento a nuestras autoridades y exigiendo rendición de cuentas.
• Construyendo relaciones en grupos profesionales y sociales, departamentos dentro de su empresa y fuera de ella.
• Utilizando inteligente y responsablemente las redes sociales para hacer accesible información valiosa para la comunidad.
Porque ser ciudadano mexicano en el umbral Siglo XXI no es simplemente haber nacido y compartir este territorio. Entraña el compromiso de servir a nuestra patria con el ejercicio constante del derecho y el deber ciudadanos. Únicamente con la educación y el claro convencimiento de que con la convivencia entre seres humanos, ateniéndose a los derechos y obligaciones, será posible el desarrollo armónico de nuestra sociedad y la realización plena de su gente.
Porque México es el proyecto de nuestros ancestros, el esfuerzo y el trabajo de nuestros padres, es el vientre de nuestra madre, nuestra esperanza y unidad, los sueños de nuestros hijos.
¡Porque los ciudadanos no somos de México, nosotros somos México!
*Profesor investigador, periodista y conferencista. Tecnológico de Monterrey, [email protected]