Controlar el desorden en que se encuentra el primer cuadro del centro histórico, la Plaza de Armas, de la capital potosina no debe ser con el pretexto de disminuir el contacto social y por ende bajar los contagios de Covid y reducir la masificación social que ahí se presenta. Se trata de un problema de las administraciones municipales faltas de carácter que dejan pasar sin controlar y menos poner orden. Y no es para la actual, por años, algunas lo han padecido. El llamado de los comerciantes establecidos desde hace años ha sido el mismo: el centro histórico es tierra de nadie. Y nadie se refiere a nado. A ser titulares de ese desdén en que la autoridad municipal y la estatal también por no exigir una limpieza visual en la plaza sede de los poderes políticos e históricos de la capital potosina, han caído. La desidia e indiferencia les ha etiquetado en autoridades pretexteras de cada 3 y cada 6 años, donde ahora con motivo del Covid 19 quieren implementar medidas, haciéndolas pasar por sanitarias. Cuando las medidas y aplicación de la ley de comercio deben aplicarse con o sin pandemia. Punto. En menos ya de dos meses la actual administración municipal entrega las cuentas de su gestión y entre esos pendientes esta el tema del comercio ambulante y la propiedad que este sector tiene sobre la Plaza de Armas. Así tal cual, su propiedad. Hasta mañana…