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Cónclaves priistas
01:35 jueves 19 noviembre, 2020
DESDE LA REDACCIÓN SLPLos conclaves que la aristocracia política priista ha celebrado desde el jueves de la semana pasada hasta antier en la noche, de la dirigencia con los principales actores y funcionarios, diputados federales, locales y alcaldes, dirigentes de sectores, ex presidentes estatales, ex gobernadores y figuras tricolores, han tenido como fin y objetivo únicamente el apaciguar la intranquila situación en que se encuentran las conciencias de quienes en su momento tuvieron el poder absoluto del ejercicio político, y hoy por razones -todas- se ven a la sombra de otros partidos. La primera, el jueves pasado por la noche, presidida por el mismo jefe máximo del tricolor, Juan Manuel Carreras, quien después de la firma de los Tratados del Martes, no tuvo otros ojos para ver a los priistas, más que explicarles a los incólumes y orgullosos tricolores, que el unirse con el que por décadas fue enemigo natural, el PAN, hoy tenían que ir de la mano si se pretendía debilitar y ganarle a la “Cuarta Transformación”, no más. La mirada de los presentes, incrédula por lo que se vivió horas antes de terminar el martes, era la pregunta ¿Por qué con el PAN?. La respuesta sin pregunta expresa vino cuando a fin de cuentas y en pocas palabras tuvo que explicar que, hasta el día de hoy inclusive, no había de otra, era la que había. Y antier por la tarde-noche la segunda. Ahora presidida por Elías Pesina, jefe de jure y por el segundo capitán del barco politico-estatal, Alejandro Leal Tovias, quien también tuvo que responder y apaciguar las aguas que con las dudas, preguntas y reproches muchos priistas de la vieja y nueva escuela han alimentado desde hace una semana: ¿Por qué el PAN?. Las respuestas volvieron a ser las mismas. La debilidad tricolor, su estructura poco aceitada por abandono de dirigencias “chamberas”, el desprestigio de la clase política y un sinfín de negativos, no han hecho más que tener que buscar la fuerza que una sombra mayor le dé. El riesgo de perder el registro está latente.
El riesgo de perder su nombre está latente.
El riesgo de perder está latente. Hasta mañana