Una vez logrado el triunfo dentro del PAN, como ejercicio democrático -concediéndole que este fue transparente y sin macula alguna, serán sus autoridades quienes así lo definan-, empiezan a encenderse los focos rojos al interior del blanquiazul. No es que el nombre, figura y persona de Octavio Pedroza tenga negativos en su etiqueta como candidato tanto por el PAN como para encabezar la coalición. Se trata de un hombre que en su carrera política ha destacado desde alcalde, diputado y últimamente senador.

Pero si no se tienen fortalezas a su alrededor, complicado será entonces que el despegue sea tranquilo pero firme y se torne difícil y ya volando… ¡volando!. Uno de estos pilares será el de la comunicación y el discurso. Aun sin la pandemia -ojalá así hubiera sido- se tiene ya el reto de enfrentarse y convencer a nuevas generaciones de jóvenes, métodos y técnicas tanto de comunicar, como de difundir la comunicación. El gran reto de los candidatos, en este caso de uno de ellos, Octavio Pedroza, es por ejemplo comenzar a mover las redes sociales, poco reguladas por la autoridad electoral y “hacer ruido” suficiente que permita empezar a escucharse, no hasta el 6 de junio. Boletines, entrevistas, acercamientos con los medios o reporteros. Todo lo que el equipo de comunicación debe de trabajar… el equipo de comunicación. ¡No los medios de comunicación!. El gran reto de Octavio Pedroza, ya como candidato, es moverse tanto afuera del PAN como adentro del estado. 

Ojalá la dirigencia no lo vaya a dejar abandonado y de verdad escriban juntos una campaña que logre fortalecer lo que expertos politólogos como Roy Campos y Eduardo Martínez Benavente han sentenciado en las ultimas horas: “Por sus fisuras, el PAN potosino y la coalición esta en riesgo”. O las reparan con los afectados -difícil escenario- o las sostienen con sus riesgos, pero fortalecidos en sus manos de obra…  Así que ¡manos a la obra!. Hasta mañana...