Vínculo copiado
Les dieron una tarjeta y una despensa en abril para sostenerse y desde entonces las cadenas comerciales no los han vuelto a contactar
13:30 viernes 10 julio, 2020
San LuisCon la llegada de la pandemia del Covid-19 a territorio mexicano se vieron afectados muchos sectores comerciales que eran fuente de empleo para millones de mexicanos. Y uno de ellos aunque no paró actividades sí decidió dejar en casa a los adultos mayores, con el argumento de “protegerlos” de la enfermedad. Hoy los adultos mayores que se ganaban la vida ayudándonos en los supermercados a acomodar nuestra despensa en las cajas de pago; hoy permanecen olvidados, pareciera que estas grandes cadenas de autoservicio ya no pretenden voltear a verlos. Esta es la historia de doña Antonia, una adulta mayor de 66 años que platicó con GlobalMedia, vía telefónica para mantener las medidas de protección, pues cabe recordar que es parte de un sector vulnerable de contagio, además de que nos confesó no le gusta salir por miedo a la enfermedad. Ella trabajaba en Bodega Aurrerá de Acceso Norte. Durante la llamada escuchamos la voz de una mujer venerable, a veces se quebraba, pero a la vez nos dijo que desde que llegó la pandemia en marzo, la cadena de autoservicio (que pertenece a Walt-Mart) les indicó que los mandarían a casa con el fin de no exponerlos a la pandemia y que cuando terminara probablemente los volverían a llamar. “A nosotros nada más nos dijeron que porque éramos adultos mayores que nos fuéramos a la casa… cuando salimos ahí nos dieron una tarjeta, y ahora el 20 de abril nos llegó una despensita, pero nada más eso nos dieron”. Doña Antonia reconoció que la cadena les otorgó una tarjeta de apoyo con un valor de mil pesos y que en el mes de abril recibieron una despensa para que les ayudara afrontar la crisis… sólo eso, y tras 3 meses de esa última ayuda no volvieron a recibir un apoyo o una llamada por parte de las personas que los contrataron para saber cómo se encuentran, pues remarcó que para poder laborar en los centros comerciales, piden demasiados papeles, pero al final trabajan sólo de manera voluntaria sin ningún goce de sueldo, para jornadas que llegan a ser de 8 horas o hasta más. Actualmente Doña Antonia vive junto a su hijo y afortunadamente es pensionada del IMSS, pero únicamente recibe 2 mil 800 pesos al mes, de los cuales manifestó que le son insuficientes para poder pagar los gastos diarios entre luz, agua y gas; además de sustento. Además, nos compartió que tan sólo en esta tienda pararon a decenas de adultos mayores; cuando podemos imaginarnos que ésta es sólo una muestra de lo que puede pasar a nivel nacional… una realidad a la que el Gobierno de México ni siquiera se ha sentado a pensar o plantear con las grandes empresas de supermercados y éstas a su vez, prácticamente los han olvidado.