CIUDAD DE MÉXICO.- La Fuerza Aérea estadounidense admitió que no siguió las políticas para alertar a la policía federal sobre el pasado violento de Devin P. Kelley. Con lo cual, se permitió que el ex miembro del servicio, que mató al menos a 26 feligreses ayer domingo en Sutherland Springs, Texas, obtuviera armas de fuego antes del suceso. Conforme a The Washington Post, Kelley debería haber obtenido una prohibición para comprar armas de fuego debido a su condena por violencia doméstica en 2014 mientras prestaba servicio en la Base Holloman de la Fuerza Aérea en Nuevo México. Kelley fue sentenciado a un año en prisión y expulsado del ejército por mala conducta luego de dos cargos de abuso doméstico contra su esposa y un niño, según la vocera de la Fuerza Aérea, Ann Stefanek. La información inicial indica que la denuncia por violencia doméstica contra Kelley no se ingresó en la base de datos del Centro Nacional de Información Criminal", explicó Stefanek en un comunicado divulgado este lunes. La secretaria de la Fuerza Aérea, Heather Wilson, y el jefe de personal, el general David Goldfein, dirigen una investigación sobre el caso de Kelley. La policía identificó a Devin Kelley, de 26 años, como el pistolero que mató a docenas en la Primera Iglesia Bautista en Sutherland Springs, Texas, ayer, 5 de noviembre. El minorista de armas de fuego Academy Sports también confirmó que Kelley compró dos armas en sus tiendas después de pasar las verificaciones de antecedentes federales este año y el anterior. Aún no está claro si esas fueron las mismas armas utilizadas en la masacre del domingo, pero su capacidad para comprar armas pone de relieve el incumplimiento de la Fuerza Aérea de seguir las directrices del Pentágono para garantizar que ciertas ofensas violentas sean denunciadas al FBI. Las autoridades han publicado que Kelley, vestido completamente de negro, ingresó a la Primera Iglesia Bautista de Sutherland Springs y abrió fuego con un rifle semiautomático Ruger. -- EXCÉLSIOR