La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) manifestó su preocupación por las demandas de los ejidos aledaños a la base aérea de Santa Lucía durante el proceso de adquisición de mil 284 hectáreas para la construcción de la nueva terminal aérea. Del terreno adicional para la obra, un 73.2 por ciento (940 hectáreas) corresponde a ejidos de Tecámac, Zumpango y Nextlalpan, municipios del Estado de México. En la solicitud de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA), que presentó ante la Semarnat en abril, la Sedena planteó cuidar las "demandas o solicitud de servicios" de los ejidatarios para no entorpecer la adquisición de predios. "Se identifica la imperiosa necesidad de cumplir adecuadamente los acuerdos resultantes para beneficio de todos y una percepción positiva del proyecto", subraya. Según el plan de adquisición de predios, 353 hectáreas se comprarán al Ejido San Lucas Xoloc; 304 hectáreas, al Ejido de Xaltocán; 245 hectáreas, al Ejido Santa Ana Nextlalpan, y 38 hectáreas, al Ejido de Ozumbilla. Además, se plantea adquirir 216 hectáreas de una propiedad privada, en el Municipio de Tecámac. Las otras 128 hectáreas son propiedad federal. La compra de estos terrenos es estratégica para operar las áreas de amortiguamiento acústico y de seguridad del nuevo Aeropuerto en Santa Lucía. Para agilizar la compra de esas hectáreas, la Sedena solicitó la intervención de la Sedatu y de los institutos de Administración y Avalúos de Bienes Nacionales y del Nacional de los Pueblos Indígenas. En el área de influencia directa del nuevo Aeropuerto se anticipa la presencia de 68 ejidos. "Los municipios del área de influencia directa que tienen tierras ejidales, tienen sus propias reglas para la toma de decisiones sobre sus tierras, la venta o asignación. "Por ejemplo, el proyecto de compra de tierras a ejidatarios del Municipio de Nextlalpan, para lo cual se ha establecido contacto para la adquisición de terrenos adjuntos al Aeropuerto y se han realizado sesiones para concretar el acuerdo con los ejidatarios en Asamblea", señala. Entre los impactos directos que causará el aeropuerto, la Sedena reconoció que habrá expectativas sobre el precio de terrenos aledaños y presiones para cambios de usos agrícolas al residencial o comercial. Actualmente, expone, se identifican dos tipos de poblaciones: una tradicional, con costumbres arraigadas y que presta atención a la tierra, y otro 40 por ciento de la población que llega a las zonas habitacionales de nueva creación en Tecámac y Zumpango. "Los ejidatarios son una pieza importante en el tejido social y la actividad económica en el área de influencia directa (del nuevo Aeropuerto), si bien tiene injerencia en sus tierras, también sus demandas o solicitud de servicios generan una fuerte presión al municipio, de ahí la importancia de tenerlos en cuenta para cualquier acción o política gubernamental", enfatiza. El cabildeo, estima, estará favorecido porque, al analizar la tendencia política en la región, la preferencia fue unánime por Morena. -- Reforma