El Gobierno de Río de Janeiro informó este viernes 7 de mayo, que el operativo contra el narcotráfico en la favela Jacarezinho se saldó finalmente con 28 muertos, entre ellos un agente, mientras se denuncia la actuación de los agentes. Así, se sumaron tres víctimas mortales más de la redada, las cuales fallecieron en el hospital, según precisó el Gobierno del municipio, así mismo indicó que 26 de los 27 fallecidos estaban registrados en antecedentes penales, recogió G1. Un día después del operativo policial más letal de Río de Janeiro, aún se espera que algunos cuerpos sean trasladados al Instituto Médico Legal (IML) para ser examinados. Mientras la Comisión de Derechos Humanos del Colegio de Abogados de Brasil publicó una lista con 16 personas identificadas. Por su parte, la Policía Civil no divulgó la identidad de los fallecidos y algunos familiares de las víctimas intentan liberar los cuerpos que ya pasaron por el IML. Tras el “baño de sangre” que se llevó a cabo en la favela, ubicada al norte de la ciudad, la Procuraduría General de la República (PGR) dio cinco días a las autoridades para presentar información sobre el operativo. La solicitud se envió al gobernador del estado, Claudio Castro, al procurador general de Justicia, Luciano Mattos, a la Policía Civil y Militar, al Tribunal de Justicia y a la Defensoría del Pueblo. Sobre la redada, Castro afirmó que la Policía recibió una “reacción brutal” por parte de los objetivos del operativo, “la (reacción) más brutal de los últimos tiempos”, con “armas de guerra dispuestas a repeler la acción estatal y evitar arrestos a toda costa”, informa UOL. En este sentido, el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, criticó la política de seguridad del Gobierno estatal. “Por un lado, la población elige a un sujeto que dice que disparar a la cabeza es absolutamente normal. Por otro lado, existen decisiones del máximo tribunal del país que prohíben al Estado ejercer el monopolio de la fuerza en determinadas zonas de la ciudad. Son dos visiones absolutamente radicales”, dijo. Por otro lado, el secretario de la Policía Civil de Río de Janeiro, Allan Turnowski, dijo este viernes 7 de mayo, en un discurso en el entierro del policía fallecido, André Frias, que “cualquiera que sepa un poquito de operativos, sabe que el traficante, el criminal, cuando entramos a la comunidad, dispara para escapar”. “Ayer (el jueves) dispararon para custodiar su posición, para matar. Tenían órdenes de confrontar, de quedarse (…). Y lo que la Policía Civil mostró ayer fue madurez, profesionalismo, para mostrarle a la sociedad que el narcotraficante que invadió la casa del vecino, es enemigo de toda la sociedad”, añadió. “Ejecuciones arbitrarias” Por su parte, el juez del Tribunal Supremo de Brasil, Edson Fachin, valoró el operativo policial y señaló que existen indicios de que pudieron producirse “ejecuciones arbitrarias”. Fachin envió una carta al fiscal general, Augusto Aras, alertó de posibles irregularidades durante la operación de la Policía Civil de Río de Janeiro, la cual tenía restringido este tipo de acciones, salvo casos excepcionales, debido a la crisis de la pandemia, tal y como ordenó el Supremo. “Los hechos denunciados parecen serios y, en uno de los videos, hay indicios de hechos que, en teoría, podrían constituir una ejecución arbitraria”, señaló Fachin en su escrito a Aras. La reacción de Fachin coincide con las de algunas autoridades brasileñas más, como la Fiscalía de Río de Janeiro y la Comisión de Derechos Humanos del Congreso de Brasil, que anunció una investigación acerca de lo que calificó como una “matanza”. Las organizaciones de Derechos Humanos se hicieron eco de los testigos que presenciaron algunas de estas muertes, quienes relataron que los agentes dispararon contra ellos cuando ya se rindieron. Las autoridades también cuestionaron que los agentes transportaran los cadáveres, con lo que impidieron el peritaje de los funcionarios judiciales. Este viernes se produjeron algunas manifestaciones en varios puntos de Río de Janeiro para protestar contra la violencia policial, en especial sobre aquella que se ejerce, denuncian, de manera indiscriminada contra los vecinos de las favelas. La Policía Civil de Río de Janeiro desplegó el operativo especial en la favela de Jacarezinho contra un grupo criminal al que se acusaba, entre otras cosas, de reclutar a menores de edad para que cometieran robos, secuestros y asesinatos. Su irrupción en la favela desencadenó un tiroteo que dejó 28 muertos. La Policía defendió que

durante la operación se cumplieron todos los protocolos y calificó a los fallecidos de “bandidos”, “criminales” y

“homicidas”. Jacarezinho está considerada como la base del Comando Vermelho, el grupo narcotraficante con mayor actividad en Río de Janeiro. La favela está llena de callejones y rodeada de barricadas instaladas por los grupos de delincuentes, lo que dificulta el acceso de vehículos blindados, entre otros. Con información de López Dóriga Digital / Europa Press