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Entender la salida del bloque requiere tener unas bases sobre la Unión Europea, saber que representa, sus ventajas y formas de gobierno.
22:12 domingo 6 enero, 2019
ColaboradoresLa noticia del año no se hacía esperar, Inglaterra firmaba el divorcio más impactante en su historia, “el abandono será inminente” rezaban los ganadores del exilio, una salida con falta de plan y llena de expectativas… el 29 de marzo del 2017 parecía para muchos una fecha para la victoria: God Save the Queen! En un panorama desolador para la economía inglesa, afrontar tiempos difíciles requiere de amistades que hoy, gracias a un Referéndum basado en populismo y mentira, hace que los mercados se rompan hasta pisos jamás considerados. Entender la salida del bloque requiere tener unas bases sobre la Unión Europea, saber que representa, sus ventajas y formas de gobierno. En un mundo global, hemos visto la repercusión de las rencillas entre USA y China, Inglaterra debe ser tratado con pinzas ante una afectación total en la Unión Europea y el mundo, dicho esto se entiende la esperanza de dar marcha atrás a un divorcio forzado. La contribución estimada de Reino Unido en el año rondó los US$12.000 millones, según las cifras de la Tesorería británica, 12,6% del total del presupuesto europeo ( Alemania hizo la mayor contribución –un 21,6%– y Francia fue el segundo país que más aportó, con un 15,72% del total ). Inglaterra al decidir el NO, cierra la oportunidad de pertenecer a un bloque comercial, con libertad de movimientos de bienes y servicios en el marco del Mercado Común Europeo, con políticas estandarizadas hacia la reducción de desigualdades regionales, la preservación medioambiental, la protección de derechos humanos y la inversión en educación e investigación. La Unión Europea es el socio comercial más importante para el Reino Unido, como ejemplo de esta relación, los fondos de la UE invertidos para el apoyo a los agricultores, la restauración de áreas degradadas y las becas para investigación universitaria, serán retirados afectando a la generación de empleo y al desarrollo en diferentes áreas. Uno de los estandartes más usados por promotores del divorcio, ha sido político y directamente ligado al poder, promoviendo un nacionalismo al entender que Europa absorbe demasiado poder del gobierno británico, que sus regulaciones suponen un alto costo para la economía del país y que sin ellos, Londres podría firmar otros acuerdos comerciales con economías en desarrollo, como China o India. La crisis económica y la crisis de refugiados están poniendo en tela de juicio el futuro de la Unión Europea. La eurozona, con Alemania a la cabeza representado la economía más fuerte, ha vertido duras críticas sobre la gestión de Grecia en ambas crisis. Por si eso fuera poco, el flujo de migrantes, que huyen de una Siria inmersa en una guerra sin precedentes y buscan refugio en Europa, es cada vez mayor... una vuelta a más de lo mismo en dónde los problemas foráneos a la isla, son quizá más mediáticos que las bondades del bloque. Pensar en un efecto dominó es algo que aún no se contempla, debe pasar tiempo para poder asimilar la nota, el impacto de que uno de tus grandes amigos ya no está, no va a estar y posiblemente vaya a ser ejemplo para los demás, es valorado con cierto misticismo en el bloque. Resulta muy difícil predecir cómo será el futuro de la UE, pero lo que sí está claro es que está viviendo una de las etapas más difíciles de su historia. Muchas personas que han participado en la construcción de las Comunidades Europeas, primero, y de la Unión Europea después... estoy totalmente convencido que ninguna de ellas pensó, después de vivir los tiempos más duros en Europa, un clima tan hostil y desolador. Resultados en mano, a pesar de un populismo que invade el mundo ( USA, Inglaterra, Argentina, Venezuela, Perú...) el problema es que muchos decidieron no votar, ese alto porcentaje de abstención, resultó ser una de las razones para consolidar el Bye!. Habría que explicar a Boris Johnson y a Nigel Farage, según sus discursos hacia la salida, que la Unión Europea no es un Estado, sino una asociación económica y política muy institucionalizada. A partir de 2009, con el Tratado de Lisboa, la UE pasó a tener personalidad jurídica propia y de esta forma cuenta con el poder de firmar acuerdos internacionales. Los Estados transfieren parte de su poder y soberanía a la UE, pero sin renunciar al principio democrático, ya que existe el Parlamento Europeo. El daño ya está hecho, del sálvese quien pueda pasamos a un “ni modo”, “ya qué...”. El tiempo dará la razón.