A cuatro días de la explosión de un ducto, que ha dejado hasta ahora un saldo de 93 fallecidos, los pobladores buscan a personas desaparecidas en los campos de alfalfa. "Hay esperanza, estos señores (las autoridades) sólo buscaron donde explotó el tubo, la gente corrió varios metros encendida, no creo que hayan buscado bien", dijo Carlos, un poblador que sumó a seis amigos para armar dos brigadas de inspección. Con una vara, los habitantes mueven la hierba entre el olor a quemado que dejó la tragedia. El recelo de familiares a las autoridades federales y estatales subió de tono, luego de que no localizan a unas setenta personas que al parecer se encontraban en la zona del estallido. "Nadie informa bien, ya fuimos a todos lados a buscar y no está. ¿Qué nos van a decir?", cuestionó Óscar, familiar de Plácido, de 52 años. Las familiares que buscan a sus parientes están concentrados en el Centro Cultural Regional del Tlahuelilpan, en medio de la incertidumbre. El ducto fue sellado y no reporta flujo de producto. Tanto el peritaje al ducto como la búsqueda de restos concluyó, de acuerdo con personal militar. Este martes, un sepelio más se registró en el panteón municipal, entre música de banda. "Fue a ayudar, a saber qué pasaba, no llevaba bidones, no todos robaron", gritó abrumado uno de los dolientes. Las actividades comerciales se reactivaron con la instalación de un tianguis en el centro del municipio. A 10 kilómetros de Tlahuelilpan, la Refinería de Tula registra una fila de más de 100 pipas para cargar hidrocarburos. -- Reforma