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Los caracoles fueron sometidos a un proceso de sensibilización, se extrajo su ARN y fue añadido a caracoles que no fueron sometidos a dicha experiencia, pero lograron mostrar reflejos como sí lo hubieran vivido
08:44 viernes 25 mayo, 2018
TecnologíaBiólogos de la Universidad de California-Los Ángeles (UCLA) transfirieron con éxito y por vez primera un recuerdo entre un caracol marino a otro, al crear una memoria artificial al inyectar ARN de uno a otro. La investigación fue publicada en la revista en línea de la Society for Neuroscience: "eNeuro". Es necesario mencionar que el ácido ribonucleico (ARN) es conocido como el "mensajero" celular que fabrica proteínas y ejecuta las instrucciones del AND a otras partes de la célula. Ahora se comprende que tiene otras funciones destacadas además de codificar proteínas, incluida la regulación de una variedad de procesos celulares implicados en el desarrollo y la enfermedad. Para dicha investigación los cientificos aplicaron pequeñas descargas eléctricas a las colas de una especie de caracol marino llamado Aplysia. Los caracoles recibieron cinco descargas de cola, una cada 20 minutos, y luego cinco más después de 24 horas. Tales impactos mejoraron el reflejo defensivo de retirada del caracol, una reacción para protegerse de posibles daños. Cuando los científicos tocaron los caracoles, hallaron que aquellos a los que se les había suministrado los amortiguadores presentaban una contracción defensiva con duración en promedio de 50 segundos, un tipo simple de aprendizaje conocido como "sensibilización". En cuanto a los caracoles los que no se les había administrado los amortiguadores se contrajeron por un segundo. Luego, los científicos extrajeron el ARN del sistema nervioso de los caracoles marinos que recibieron los choques eléctricos en la cola el día después de la segunda serie de descargas, y también de los caracoles marinos que no fueron sometidos a ningún impacto. Después, el ARN del grupo sensibilizado se inyectó en siete caracoles marinos que no habían recibido ninguna descarga eléctrica, y el ARN del segundo grupo se inyectó en un grupo control de otros siete caracoles que tampoco habían sido sometidos a ningún choque. Los biologos descubrieron que los siete que recibieron el ARN de los caracoles sensibilizados mostraron comportamiento como si ellos mismos hubieran recibido los choques de cola: exhibieron una contracción defensiva que duró un promedio de aproximadamente 40 segundos. Además, el grupo de control de caracoles no mostró la contracción prolongada. "Es como si transfiriéramos la memoria", señaló el profesor de Biología y Fisiología Integradas y de Neurobiología de la UCLA David Glanzman, también autor principal del estudio y miembro del Instituto de Investigación Cerebral de la Universidad. Luego, los cientificos agregaron ARN a placas de Petri que contienen neuronas extraídas de diferentes caracoles que no recibieron los choques. Algunos platos contenían ARN de caracoles marinos a los que se les había aplicado descargas eléctricas en la cola, y en algunos platos fue colocado ARN de caracoles que no fueron sometidos a choques eléctricos. Algunos de los platos contenían neuronas sensoriales y otros contenían neuronas motoras, que en el caracol son las encargadas de los reflejos. Cuando a un caracol marino le aplican choques eléctricos en la cola, sus neuronas sensoriales se vuelven más excitables. Los cientificos descubrieron que agregar ARN de los caracoles sometidos también producía una mayor excitabilidad en las neuronas sensoriales de una placa de Petri; no lo hizo en las neuronas motoras. Añadir ARN de un caracol marino al que no fue sometido no produjo esta mayor excitabilidad en las neuronas sensoriales. Además, en la neurociencia se ha pensado que los recuerdos se almacenan en sinapsis. Pero Glanzman cree que los recuerdos se almacenan en el núcleo de las neuronas. "Si los recuerdos se almacenan en las sinapsis, no hay forma de que nuestro experimento haya funcionado", cuestionó Glanzman, que consideró que el caracol marino es un modelo excelente para estudiar el cerebro y la memoria. En este tenor, para Glanzman, los científicos saben más sobre la biología celular de esta forma de aprendizaje en este ser vivo que cualquier otra forma de aprendizaje en cualquier otro organismo. Pues los procesos celulares y moleculares parecen ser similares entre el caracol marino y los humanos, pese que el caracol tiene alrededor de 20 mil neuronas en su sistema nervioso central y se cree que los humanos tienen alrededor de 100 mil millones. De acuerdo con Glanzman, en el futuro sería posible que el ARN se pueda utilizar para despertar y restablecer recuerdos que han permanecido inactivos en las primeras etapas de la enfermedad del Alzheimer o por trastornos de estrés postraumático. Cabe mencionar que Glanzman como sus colegas publicaron investigaciones en la revista "eLife" en 2014, donde señalaron que se pueden restaurar los recuerdos perdidos. Pese a que existen muchos tipos de ARN, él pretende identificar los tipos de ARN que pueden emplearse para transferir recuerdos en investigaciones futuras. -- Radio Fórmula