Actualmente San Luis Potosí ha rebasado la cifra de los 10 mil casos de contagios de Covid-19 en todo el estado y la capital se coloca como el municipio que más defunciones tiene en todo el estado, sin embargo para los capitalinos la realidad pareciera ya no importarles y a pesar de que las autoridades decidieron cerrar las plazas públicas para evitar la movilidad en medio del semáforo epidemiológico en rojo, estas siguen siendo visitadas por los ciudadanos.  GlobalMedia se dio a la tarea de hacer un recorrido por las principales plazas públicas del primer cuadrante de la ciudad y pudo registrar de manera gráfica la realidad en la que nos encontramos todos los potosinos… no se está siguiendo ni el confinamiento, ni la sana distancia para estos momentos de crisis sanitaria.  Primero visitamos la Alameda Juan Sarabia, y aunque su acceso no está restringido sí se pudo observar algunos ciudadanos que estaban en las bancas, la mayoría con cubrebocas pero en esencia algunos estaban sentados en dos o algunos simplemente disfrutando del día en la banca a solas.  Después al llegar a la Plaza del Carmen se notó un poco más de tránsito, aunque aquí los potosinos parecía respetaban la sana distancia, había algunos jóvenes que no traían tapabocas o estaban junto a más personas sentadas buscando evitar los rayos del sol de mediodía.  En la Plaza de Armas las autoridades buscaron marcar la señal de advertencia y cierre del recinto público, y aunque sí permanecen aún los listones de restringido en algunas bancas para impedir que ciudadanos puedan sentarse en ellas, el efecto que causó fue algo inútil, pues aunado a que sí había ciudadanos sentados en las bancas públicas, se suma que hay muchos vendedores ambulantes en los alrededores de la Plaza de Armas y ahora una protesta a las afueras de la alcaldía capitalina, lo que en efecto tiene aglutinadas a varias personas a lo largo del día.  Sin embargo cabe destacar que la Plaza de Fundadores sí permaneció completamente desierta, pero tenía huellas de que las cintas de restricción fueron rotas en algún otro momento. 

En el Jardín de San Francisco se notó un poco más de ciudadanos sentados en las bancas públicas, algunos sentados con sana distancia pero la mayoría sin el uso del cubrebocas.  Finalmente concluimos nuestro recorrido por el Jardín de San Juan; ahí pudimos observar que hay movimiento de personas como cualquier otro día, puestos de comida que tienen casi juntas a las personas que deciden comer sus alimentos al lado de su negocio, e incluso vimos a niños jugando en las áreas verdes de este jardín sin ninguna prevención por parte de sus padres.