El traslado de paquetes electorales de los comités municipales a las instalaciones del CEEPAC representan una clara muestra de la polarización que nadie queremos y menos se debe tolerar. La presión que se tuvo en las sedes de los 15 distritos estatales al interior con los funcionarios y representantes de los partidos y más a las afueras con los seguidores de unos y otros, han sido reflejo constante de esa lamentable división social a la que los potosinos estamos regresando.  ¿Culpables? Muchos. ¿responsables? Todos. ¿vigilantes? Nadie. La entrega de las constancias de mayoría a algunos ayuntamientos y diputaciones federales de manera pacífica, salvo el resultado en el Distrito 2 federal que será impugnado en los tribunales por la candidata de la Coalición Marianela Villanueva, se vivieron en paz y tersa. No así los conteos que desde el miércoles se tiene a conciencia y revisión puntual en las elecciones a gobernador. El traslado, apertura y revisión de paquetes y los números que se obtengan deben de terminar en un ambiente de tranquilidad y armonía para todos los que habitamos esta ciudad, gane quien gane. Si legiones extranjeras que han apoyado a los candidatos de unos y otros, pretenden meter la inquina entre los potosinos, deberá tomarse con responsabilidad cualquier acto de unos y otros. A fin de cuentas, quien gane, tendrá la imperiosa necesidad de compartir con los sectores económicos, sociales, políticos, religiosos, etc., las responsabilidades de un estado que no ha sido ajeno a la participación de muchos sectores, no solo el público, en las decisiones del estado potosino. Y aunque haya un resultado emitido por la autoridad electoral, vendrán las impugnaciones judiciales. Estas no serán ajenas. El domingo será fecha clave para la entrega de los resultados y constancias. Pero por encima de ello, San Luis Potosí es la verdadera clave, San Luis Potosí. Hasta el lunes…