El papa Francisco celebró este sábado en la basílica de San Pedro la misa por la festividad de la Virgen de Guadalupe, patrona de México y de las Américas. En esta ocasión no hizo referencia a Latinoamérica. Con sólo pocos fieles presentes, el papa Francisco improvisó una homilía en la que reflexionó sobre tres palabras: abundancia, bendición y don. El papa celebró esta ceremonia totalmente en español con la asistencia de una representación diplomática de los países de América Latina ante la Santa Sede y una delegación de los colegios con seminaristas y sacerdotes latinos que estudian en Roma. Los cantos durante la ceremonia de hoy fueron del coro de los Pontificios Colegios Pio Latinoamericano y Pio Brasileño y al final de la misa se cantó el tradicional canto La Guadalupana. La penitenciaría apostólica, por mandato del papa Francisco, extendió la indulgencia plenaria a los fieles de todo el mundo que celebrarán a la Virgen de Guadalupe. El cardenal Carlos Aguiar Retes, Arzobispo de México, el 3 de diciembre pasado, fue quien pidió expresamente al papa Francisco esta posibilidad.  En una carta, el cardenal Aguilar explicó que, a causa de la pandemia y otros males, miles de personas peregrinarían al Tepeyac en busca del consuelo de la Virgen de Guadalupe. Por ello, solicitó al papa “la gracia de conceder una indulgencia plenaria a los fieles que celebran esta importante solemnidad desde sus hogares, lo cual servirá para animarnos a quedarnos en casa y evitar aglomeraciones en la Basílica de Guadalupe“. Las condiciones para recibir la indulgencia son: preparar un lugar de oración a la Virgen de Guadalupe en el hogar y participar con devoción a través de los medios de comunicación a una de las misas que se celebrarán en la Basílica. Debido a la pandemia, la Basílica de Guadalupe estará cerrada del 10 al 13 de diciembre, para evitar las tradicionales aglomeraciones de feligreses durante este periodo. El objetivo es reducir los contagios de Covid-19.