Vínculo copiado
Este domingo escucharemos, los que así lo quieran hacer, desde el púlpito del “pastor de palacio” un discurso que seguramente nos dirá todo lo que la austeridad republicana y la enorme lucha contra la corrupción ha dejado de para el país en estos nueve meses
22:05 sábado 31 agosto, 2019
EN LA OPINIÓN DE CLAUDIO GARCÍAEste domingo escucharemos, los que así lo quieran hacer, desde el púlpito del “pastor de palacio” un discurso que seguramente nos dirá todo lo que la austeridad republicana y la enorme lucha contra la corrupción ha dejado de para el país en estos nueve meses. Seguramente nos repetirán que los corruptos se quedaron con ganan de un aeropuerto que por lo pronto su cancelación ya lleva más de los 75 mil millones de pesos gastados en indemnizaciones y su substituto ya lo costó a la Secretaría Defensa Nacional 52.5 millones de pesos tan solo en estudios y la obra todavía no arranca, ni se pondrá en marcha muy pronto, a menos que se apele a la imposición. También se presumirá la refinería de Dos Bocas cuyo retraso se debió a que a la falta de aval del medio ambiente y a que la primera licitación que se realizó se declaró desierta. El otro de sus grandes proyectos, el Tren Maya, anunció las empresas ganadoras de la licitación correspondiente apenas el mes pasado y aún no se tiene completa la manifestación de impacto ambiental. Seguramente se presumirán logros como la cancelación de estancias infantiles y de albergues para mujeres en situación de violencia; de la falta de apoyos para la innovación tecnológica, de becas para investigadores, para startups y desaparición de centros de emprendimiento. La carencia de retrovirales y medicamentos para el tratamiento del cáncer, sobretodo para niños, olvidando aquella frase que emitió su esposa, cuando tocaron a su hijo menor. “con los niños no”. Claro que preponderante será decirnos que se ahorraron más de 4 mil millones de dólares en los arreglos con las empresas que se encargan de los gaseoductos.
No nos dirán que el equipo elegido, los acólitos, son de lento aprendizaje, que no saben ni son capaces de construir una adecuada planeación; tampoco que el entorno económico va lento, creciendo al cero por ciento y que se espera un PIB menor a la 0.7 por ciento este año, si nos va bien pues hay quienes lo calculan en el 0.2. Tampoco escucharemos que de enero a julio del presente año hay un retroceso en la afores de 6 mil 629 millones de pesos, un 28 por ciento más que en el mismo periodo de 2018. Solo en julio fueron mil 204 millones de pesos que se retiraron de la afores por desempleo. Y las cifras podrían seguir y seguir y las culpas serán de los de la “mafia del poder” (¿actual o anterior?). No creo que escuchemos públicamente la autocrítica que según un columnista expresó el “pastor de palacio” cuando supuestamente dijo: “Tengo que aceptar que no tenemos una política energética clara. Tengo que aceptar que lo que yo creía que era la solución, hoy encuentro que no lo es”. Y mucho menos se mandará “al diablo” (como debería de hacerse) al secretario de salud, Jorge Alcocer, por el insulto a los padres de hijos que no contaron con medicamentos para el tratamiento contra el cáncer. Ante la inseguridad ¿qué podrá decir?, ni idea si el crecimiento ha superado todas las cifras anteriores, las muertes por violencia siguen creciendo, la estadística lo demuestra y la violencia contra las mujeres no para. Pero dirá que “yo tengo otras cifras”. Y lo de Baja California, y la burla para quedarse con la mesa directiva de la legislatura, de vulnerar la gobernabilidad y la pluralidad de ésta, al fin y al cabo “al diablo con sus instituciones” y súmele la falta de respeto a autonomía del Poder Judicial. Y no le sigo porque hay mucho, mucho más de lo que se llama ya “fraude democrático”. La imposición el autoritarismo es la bandera del “pastor de palacio”. Será que el “pueblo sabio” es el que insulta, mata, viola secuestra, el que solo levanta la mano en el acarreo, el que se deja engañar por la dádiva y la falsa promesa. 30 millones de votos lo avalaron…es mi México, de hoy uno que dirige un mentiroso.