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No cabe duda que los diputados nos tomaron el pelo con la segunda revisión de las cuentas públicas, que tanto pregonaron, cuando se dio a conocer el caso de presunto blanqueo de cuentas públicas al interior de la ASE.
20:27 lunes 9 octubre, 2017
ColaboradoresNo cabe duda que los diputados nos tomaron el pelo con la segunda revisión de las cuentas públicas, que tanto pregonaron, cuando se dio a conocer el caso de presunto blanqueo de cuentas públicas al interior de la ASE. Los diputados decidieron rechazar la totalidad de las auditorías y propusieron contratar un despacho auditor externo, porque no existía confianza en la primera revisión realizada por la Auditoría Superior del Estado (ASE). Nos vendieron su decisión como la panacea, como la única salida viable, para que, de haber responsables, pagaran conforme a la ley. Pero unos meses más tarde la encargada de despacho de la ASE nos viene a contar otra historia. Que el despacho externo entregará resultados en 45 días, porque solo revisará que se haya cumplido el procedimiento marcado por la ley. Y todavía agrega que ningún ente externo puede realizar auditorías, sólo la ASE está facultada para ello, por lo que solo pueden pedir la opinión de un tercero. Nada de esto nos dijeron cuando el presunto caso de corrupción salió a la luz, de lo contrario, los ciudadanos que han luchado porque este caso sea castigado quizá se hubieran opuesto a que se rechazaran las cuentas públicas, porque no serviría de nada. Resulta casi imposible de creer que los auditores que participaron en el proceso de blanqueo de cuentas públicas no se hayan cuidado las espaldas y hayan dejado huellas de sus fechorías. Por ejemplo, sería muy absurdo pensar que un procedimiento de revisión documental se haya omitido en algún municipio para beneficiarlo. Más bien, como se sabe extraoficialmente, las entidades analizadas resultan con observaciones millonarias en los legajos de trabajo y luego como por arte de magia las observaciones desaparecen, argumentándose que entregaron la documentación comprobatoria necesaria. Si el despacho externo solo se enfoca en los procedimientos es casi seguro que no encontrará nada extraño. Más bien, debería enfocarse en los documentos comprobatorios de las observaciones. Lo cierto es que difícilmente saldrán a la luz las presuntas irregularidades de las que se acusa a diputados y auditores. Ahora parece que la segunda revisión fue plan con maña, para hacernos creer que toda va bien. Pero no, nada va bien, cuando tenemos un Congreso que dice verdades a medias, que maquilla lo que realmente está haciendo, que quiere hacernos creer que revisar un procedimiento es lo mismo que realizar una auditoría.