Alguna vez, los teléfonos inteligentes fueron lo mejor que le pudo suceder a la industria de la tecnología -y por un tiempo pareció que a nosotros también.  Desde que el iPhone hizo su debut hace 11 años, los smartphones han englobado prácticamente a todos los demás dispositivos y han transformado todos los negocios, desde las noticias hasta las ventas, los taxis y la televisión, reordenando a final de cuentas todo respecto a cómo entendemos los medios de comunicación, la política y la realidad misma. Pero ahora que los smartphones han logrado dominar, se respira de nuevo revolución en el aire. Las ventas globales de teléfonos inteligentes se están estancando por una razón obvia: todos los que pueden comprar uno, ya tienen uno, y cada vez hay más interrogantes sobre si estamos usando nuestros teléfonos demasiado y de forma inconsciente. En las recientes conferencias para desarrolladores de Google y Apple, los ejecutivos salieron al escenario para mostrar lo irresistibles que estaban haciendo nuestros teléfonos. Luego cada compañía develó algo más: software para ayudarlo a uno a usar el teléfono mucho menos. Hay una razón por la que las compañías de tecnología sienten un conflicto entre mejorar los teléfonos y preocuparse porque ya son muy adictivos. La tecnología ha capturado prácticamente toda la capacidad visual. Los estadounidenses pasan de tres a cuatro horas al día viendo sus teléfonos, y unas 11 horas al día viendo pantallas de cualquier tipo. Así que los gigantes de la tecnología están iniciando algo nuevo: un mundo tecnológico menos insistente en lo visual, un paisaje digital que se apoya en asistentes de voz, audífonos, relojes y otros accesorios para quitar algo de presión a nuestros ojos. Dependiendo de cómo se desarrollen estas tecnologías, un ecosistema digital que exija menos a nuestros ojos podría ser mejor para todos -menos inmersivo, menos adictivo, más propicio a la multifuncionalidad, menos incómodo socialmente, y quizás incluso un bálsamo para nuestra política y relaciones sociales. ¿Quién nos traerá este futuro? Amazon y Google son grandes jugadores, pero no hay que descartar a la compañía que nos trajo aquí en primer lugar. Con mejoras al reloj Apple Watch y a los audífonos AirPods, Apple lenta y casi silenciosamente está creando una alternativa a sus teléfonos. Si funciona, podría cambiar todo de nuevo. Un estudio dirigido por Adrian Ward, profesor de mercadotecnia de la escuela de negocios de la Universidad de Texas, encontró que la simple presencia de un smartphone a la vista puede reducir significativamente tu capacidad cognitiva. No puedes evitar gastar una enorme cantidad de valiosa energía mental tratando de no mirarlo. Cuando te rindes, pierdes la cabeza. "Lo que te absorbe no es lo que captó tu atención -el mensaje de texto, tweet o lo que sea", dijo Carolina Milanesi, analista de la firma de investigación tecnológica Creative Strategies. En lugar de eso, desbloqueas tu teléfono y de inmediato desciendes a los irresistibles esplendores del mundo digital -emergiendo 30 minutos después, estupefacto y aturdido. Las pantallas se han convertido en una muleta para los tecnólogos, una forma perezosa y generalizada para agregar experiencias digitales a cada producto. Tenemos años de verlo en los autos. Al colocar los controles interiores en pantallas táctiles en lugar de perillas e interruptores, los fabricantes de autos han hecho que sea mucho más molesto y peligroso interactuar con ellos. El Tesla Modelo 3 lleva esto a un nivel absurdo. Como han lamentado varios críticos, casi todos los controles del auto requieren acceso a través de una pantalla. O está el ejemplo de la realidad aumentada, la tecnología que te permite ver imágenes digitales superpuestas en el mundo real. En algunos usos específicos puede ser divertido. Pero con demasiada frecuencia, la RA se siente artificiosa. En lugar de mezclar lo digital y lo real, simplemente utiliza una pantalla para usurpar el mundo que te rodea. En la conferencia de desarrolladores de Apple el mes pasado, Martin Sanders, un ejecutivo de Lego, hizo alarde de un nuevo juego de RA de Lego. Cuando apuntó su iPad a una estructura Lego, su pantalla se llenó de fuegos artificiales digitales, superhéroes, autos deportivos -toda una ciudad Lego bulliciosa que no tuvo que construir con las manos ni imaginar con la mente. "¡Hay tanto qué hacer aquí!", exclamó Sanders mientras él y un asistente permanecían inmóviles viendo a los Legos animados a través de un trozo de vidrio digital. Fue extraño. Todo el objetivo de Lego es la interacción física, pero gracias a la RA, había convertido a Lego en un videojuego más. Hay dos maneras de superar nuestra adicción a las pantallas. En primer lugar, tendremos que usar nuestros teléfonos de forma más consciente. Viene ayuda en camino. He estado usando Screen Time, una de las nuevas funciones de la próxima versión de Apple de su sistema operativo móvil. El software te da información valiosa sobre cuánto estás usando tu teléfono, e incluso puede bloquearte aplicaciones. Luego está la necesidad de otras formas menos inmersivas de interactuar con el mundo digital. Hay tres tecnologías que pueden ayudar con esto: los asistentes de voz, de los cuales los mejores son Alexa, de Amazon y el Asistente de Google; y los AirPods y el Apple Watch de Apple. Todo ello está en proceso. Los asistentes de voz todavía no pueden hacer todo por ti, aunque miles de ingenieros de Google y Amazon trabajan para mejorarlos. Los AirPods son fantásticos y el Apple Watch te muestra sólo lo suficiente para que sea útil, pero no invasivo. Si Apple sólo pudiera mejorar Siri, su propio asistente de voz, el reloj y los AirPods podrían combinarse para crear algo nuevo: una computadora móvil que no esté atada a una gran pantalla, que te permita hacer cosas de manera ambulante sin abstraerte. Imagina que en lugar de revisar sin parar las apps, pudieras decirle a tus AirPods: "Hazme reservaciones para cenar a las 7" o "Consulta el calendario de mi esposa para ver cuándo podemos ir al cine esta semana". Apple nunca ha tenido miedo de trastocar sus inventos. Al repensar las pantallas, quizás tenga la oportunidad de hacerlo de nuevo. --

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