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Esta ocasión, a través de este espacio hacemos un homenaje a la grandeza de la Ciudad de México y de sus habitantes, así como a las ciudades del sur del país que están atravesando por esta difícil situación resultado de los sismos recientes.
01:13 viernes 22 septiembre, 2017
ColaboradoresEsta ocasión, a través de este espacio hacemos un homenaje a la grandeza de la Ciudad de México y de sus habitantes, así como a las ciudades del sur del país que están atravesando por esta difícil situación resultado de los sismos recientes. Nuestra solidaridad y reconocimeinto al esfuerzo, valor y colaboración con la que están enfrentando e iniciando la reconstrucción de su ciudad. Si bien la naturaleza nos recuerda lo vulnerable que somos, también este momento nos deja ver la coordinación, identidad y desinterés con que actuan las personas en la ciudad. El Plan Mx ha dado cuenta de la coordinación entre instituciones, niveles de gobierno y trabajo con la gente, por dar una respuesta rápida en un mismo y único propósito, lo cual enaltece la participación activa de las personas. Existen ciudades hermanas que se han sumado a las acciones de rescate, tanto de todo el mundo como de América Latina y por supuesto de México, sin lugar a dudas cada uno suma en esta noble labor. Al igual que las ciudades, las instituciones hacen esfuerzos de acopio, en el caso de nuestra Universidad Autónoma, tanto profesores como estudiantes, participamos para conjuntar materiales y alimentos que sean de utilidad para nuestros Mexicanos. Para la Ciudad de México y su zona metropolitana, las ciudades del Estado de México, Hidalgo, Puebla, Morelos así como de Guerrero y Oaxaca, nuestro reconocimiento por la gente que con plena entrega participa en las labores de rescate. No cabe duda que la grandeza de una gran ciudad está en su gente. Hoy que nuestra única ciudad global, una de las tres más importantes de América Latina, de más de diez millones de habitantes atraviesa por esta difícil situación, y que inicia su reconstrucción, sirvan estas letras para dejar evidencia de la vez que nuevamente se levantó, treinta y dos años después.