Vínculo copiado
Nuevas realidades se perfilan en todas las áreas, ante el panorama apocalíptico tendremos que salir adelante, priorizando cada actividad para poder abonar a una mejora necesaria y urgente
00:06 lunes 1 junio, 2020
ColaboradoresProblemas económicos severos, desempleo, guerras financieras, falta de productividad y todo lo que usted quiera añadir a una lista de temas a resolver en un futuro inmediato. El futuro está aquí, ahora!, no es negociable y requiere de una capacidad de adaptación que nos sacuda de la rutina del miedo y la inestabilidad “covidiana”. Nuevas realidades se perfilan en todas las áreas, ante el panorama apocalíptico tendremos que salir adelante, priorizando cada actividad para poder abonar a una mejora necesaria y urgente. El miedo no nos puede limitar, hay más gente temerosa de lo que se avecina que de lo que pasa actualmente en el mundo, se entienden las consecuencias y se buscan soluciones para revertir una mentalidad pesimista. AMLO, Trump, Bolsonaro, Pedro Sánchez, Maduro… créanme, ahí no está más que el pasado, una vuelta a lo mismo, el refrito con el que muchos ven soluciones que, por el mismo sistema, son imposibles. La polaridad con la que nos hemos acostumbrado a vivir es peligrosa, ese radicalismo que se vive en el entorno político ha permeado a estilos de vida que justifican y culpan cada acción, endiosando a personajes que, dicho sea de paso, no han podido dar soluciones ni cumplir promesas. El discurso es el mismo, el mundo es diferente, requiere de una actualización social importante, un salto en el que pilares como la educación sean base sostenible de crecimiento. La educación en México es exageradamente contradictoria, panoramas como Oaxaca, Nuevo León, Guerrero o el Estado de México no conforman una unidad operativa que garantice la estandarización de los mínimos requeridos. Las consecuencias recaen de manera directa en una libertad ciudadana que se ha ido diluyendo poco a poco; la delincuencia ha hecho mella en cada familia hasta ver las consecuencias de no contar con una sociedad educada, récords en asaltos, fallecidos, secuestros y toda la galería de sinvergüenzadas que, dentro del mismo sistema, va a seguir sucediendo… La libertad parte por un sistema democrático, pero muere al no tener ningún representante ( leyó usted bien ), que esté a la altura de las necesidades. Comisiones de educación gubernamentales, así como diputados o senadores “desaparecidos” tras la elección, han abandonado sus compromisos. Tras las promesas llega una muestra más de desigualdad, las nuevas necesidades educativas requieren una sociedad menos fragmentada, más igualitaria… Conexión a Internet, equipos para poder realizar actividades, formación detallada en la adaptación al cambio… eso es una necesidad inminente que queda en el olvido.
Harto estoy de ver a un gobierno circense, a un Hugo López Gatell que se equivoca en la estadística, un desfile de informes y detalles que, a fin de cuentas, no llegan a ningún lugar. La falta de educación social, en su responsabilidad y civismo, deja en evidencia la necesidad de apostar por una educación mucho más presente, con igualdad de oportunidades y apoyada en la capacidad de acceso tecnológico. La inversión que realiza el Gobierno debe contemplar esta “nueva“ necesidad, la capacidad de hacer llegar a cada hogar una conexión y un medio por el que inicie su cambio.
Bill Gates narraba en su libro “Camino al Futuro” un nuevo mundo gracias a la tecnología y la conectividad, un mundo que planeaba para el 2050 y que se consolidó con el comercio electrónico, la banca digital y la red social mucho antes de su pronóstico. La tecnología como medio y el hombre como fin, algo que sin educación no puede ser logrado y que, hasta que esto sea posible, habrá quitado la libertad a muchos más de los que se imaginan. Javier Rueda www.javierrueda.mx