Vínculo copiado
La culpa es del otro.
23:09 lunes 1 octubre, 2018
LABERINTOSXavier Nava ganó indudablemente con el voto de los ciudadanos. Los potosinos lo volvieron a hacer, optar por la alternancia frente al fracaso, ineficacia o simplemente descontento de la población. ¿Cuál es el reto más importante al que se encuentra el nuevo presidente municipal de la capital potosina? Cambiar el discurso de la institucionalización de la crisis a la que acude con frecuencia el sistema político mexicano; frente a la incapacidad para resolver los muchos problemas a los que se enfrentan los nuevos gobiernos, entonces se utiliza la justificación de la ineficacia gubernativa por los muchos y complejos problemas y deudas heredadas de las anteriores administraciones. Y en ese barco navegan por los siguientes tres o seis años. Vayamos por partes, Ricardo Gallardo Juárez, ha eludido, al menos públicamente, la responsabilidad de su fracaso electoral para reelegirse como presidente municipal de la capital del estado de San Luis Potosí el pasado 1 de julio. Ha depositado la derrota de su proyecto en los obstáculos que interpusieron intereses obscuros que se aliaron para impedir que transformara la ciudad y para variar, los “otros”, la “influencia mediática” provocaron el odio, insultos y mentiras contra su administración. Lo cierto es que ahí están los misteriosos pagos a Sandra Sánchez por la compra de fármacos, la sobre exposición mediática vana, los malos tratos a los empleados municipales, los privilegios de los que gozaron unos cuantos, el enfrentamiento con empresarios, las oscuras asignaciones de obra y las licitaciones desiertas, el desastre con el que entrega las calles de la ciudad, la seguridad pública, la ausencia absoluta de una política ambiental, y la deuda a proveedores que rebasa los 700 millones de pesos. Las tortillas, los garrafones y la pintura amarilla no alcanzaron a ser suficiente política pública de gobierno a lo largo de tres años. A Gallardo Juárez le corresponderá analizar los motivos de su derrota, en vez de depositarles culpas a “los otros”. Si quiere continuar en la política le toca aprender de sus errores. Los ciudadanos ya aprendieron y optaron por otro candidato. Xavier Nava tomó posesión este 1 de octubre y no la tiene fácil; el nombre de su muy respetado abuelo, Salvador Nava, no le alcanza para gobernar a más de un millón de personas que no saben quién fue este gran político. El nuevo presidente municipal de la capital tiene muchos retos, el más importante es no regodearse en los errores de Gallardo para gobernar. Ahí se encuentra una de las verdaderas crisis del sistema político mexicano: los relevos en las élites sin ofertar una reconstrucción del sistema. Nava y su joven equipo deberán administrar la presidencia municipal y resolver los problemas que deja el papá de “Pigmalión”. Esperemos que miren, no hacia su futuro escaño, sino a los ciudadanos potosinos y sus enormes carencias. Y tú ¿qué opinas? @Pfloresblavier