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Tras resistencias, las tribus del PRD aceptaron el Frente con PAN y MC y recibieron en la sede del sol azteca al precandidato Ricardo Anaya
08:12 miércoles 17 enero, 2018
MéxicoEra más difícil que las tribus dieran su brazo a torcer que Ricardo Anaya visitara la sede del PRD y se pusiera el chaleco amarillo distintivo del sol azteca. "Híjole, es verdad. Hubo muchas resistencias", reconoce Guadalupe Acosta, ataviado con un grueso abrigo oscuro y una bufanda amarilla. A trompicones, pero las corrientes aceptaron el hasta hace poco impensable Frente con el blanquiazul y con Movimiento Ciudadano. Y Ricardo Anaya, el panista que buscará la Presidencia de la República enarbolando la causa del Frente, irrumpe en el octavo piso de la sede del PRD y, en un santiamén, aparece rodeado por los líderes de las tribus: Héctor Bautista, de la aguerrida ADN; Héctor Serrano, de Vanguardia Progresista; Guadalupe Acosta, de Iniciativa Galileos; Luis Arias y Hortensia Aragón, de Foro Nuevo Sol; y "Los Chuchos", Zambrano y Ortega, de Nueva Izquierda. "Desde 2015 hubo un debate intenso; algunas coaliciones se lograron, otras no, pero bajo el ejemplo de lo que fue sucediendo todos se fueron convenciendo de que la estrategia era buscar la más amplia unidad. Veo el compromiso de todas las expresiones de ir a fondo en construir esta unidad", justifica Acosta Naranjo. -¿No se van a rajar? -No hay manera. La sociedad nos lo reclamaría, la que no quiere que el PRI continúe en el poder y los que no quieren un cambio autoritario nos exigen una alternativa distinta: la tercera vía, y ésta la estamos construyendo para poder ganar la mayoría. Héctor Bautista sostiene que la negociación fue un arduo proceso de discusión. "Privilegiando la unidad del partido y en busca de coincidencias. Con Acción Nacional hay una coincidencia en tratar de hacer efectivos los valores democráticos, y eso es lo que nos ha llevado a confluir". --¿Se dice que Héctor Bautista impidió que se concretara la alianza con el PAN en el Estado de México? --Esas son fantasías de los que no me quieren. Eso no es cierto, no es real. "¡Viva el Frente!", corea una perredista en el atiborrado salón después de que el invitado azul se puso de amarillo. Manuel Granados, el dirigente anfitrión, acerca al panista un chaleco en el que su apellido aparece bordado en la espalda y su nombre al frente. "En realidad esta escena no nos debería sorprender tanto si entendemos lo sustantivo del mensaje: ¿cómo evitamos la restauración del régimen por la vía del PRI?", dice Jesús Ortega, quien recuerda que ambos partidos ya han hecho varias alianzas. Fernando Belaunzarán echa las campanas al vuelo: "Le veo (a Ricardo) grandes posibilidades de ser Presidente de la República para conformar el primer Gobierno de coalición, donde el compromiso político es que el Jefe de Gabinete sea de un partido distinto, lo cual ya significa contrapesos". Cuando evoca las emblemáticas figuras de Heberto Castillo y Luis H Álvarez se echa a la bolsa al auditorio perredista. "¡Cómo olvidar aquella huelga de hambre de don Luis contra el fraude electoral en Chihuahua en 1986, cuando Heberto Castillo lo convenció, en el Parque Lerdo, de levantarla para seguir luchando! Fue cuando Heberto le dijo a don Luis aquella frase de que debía entregar la vida en abonos y no de contado". Antes, en la oficina de Manuel Granados, Anaya ya se había probado el chalequito. "Te hicimos un chaleco amarillo", le comentó el líder nacional perredista. "Está perfecto: le atinaron a mi medida", respondió el panista, al tiempo que se lo medía. "¡Democracia ya, patria para todos!", arengó el ex dirigente albiazul con la prenda puesta. -- Reforma