Vínculo copiado
Cada cita con los medios representa una necesidad de avances en el tema petrolero, delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y otros delitos
00:03 lunes 18 febrero, 2019
Colaboradores“Una cosa es una cosa… y otra cosa es… otra cosa!”. Atole con el dedo para una etapa política que exige pronta respuesta a las durísimas acusaciones en contra de un Romero Deschamps desvirtuado. La sección disidente del Sindicato de Trabajadores Petroleros, exige a los poderes Ejecutivo y Legislativo una respuesta oportuna sobre las acusaciones, criticando el retraso y los discursos pasados: una cosa es la corrupción y otra muy distinta el respeto a la autonomía sindical. Cada cita con los medios representa una necesidad de avances en el tema petrolero, delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita y otros delitos, son acusaciones que deben ser investigadas, un proceso lento que ante la inacción federal, provoca sospechas sobre los intereses de funcionarios cercanos al poder Ejecutivo. AMLO peligra seriamente si este proceso se va de sus manos, la popularidad presidencial en plena etapa de huachicoleo, discurso político y solicitud de acción, requiere de respuestas concretas y medidas mediáticas para no ser incoherentes entre el dicho y hecho. Las matemáticas asustan, un análisis general de los últimos 18 años a la par de la dirección sindical de Deschamps, corrobora el aumento de 152 a casi 15,000 tomas clandestinas. Los números no cuadran y dejan al descubierto un nivel corrupto en todas las escalas laborales entre PEMEX, Gobierno, distribuidores… Se busca una cabeza de turco y Romero Deschamps tendría todas las papeletas para esta rifa, papeletas que se adjudicaron desde hace tiempo y que sorprende no ver resueltas a estas instancias de la historia. Ningún funcionario de los tres poderes del Estado Mexicano ha declarado algo coherente respecto a todo este teje-maneje corrupto,provocando un malestar generalizado y mostrando una ineficacia brutal; cero acciones y un sin fin de omisiones sobre el caso, dejan a la ciudadanía y a la base laboral de Petróleos Mexicanos, en un completo estado de indefensión por observancia de ley e incertidumbre político-jurídica.
La presunta colusión entre Pemex, Deschamps y el nuevo y viejo Gobierno, se presenta como una hipótesis que cobra fuerza por la falta de respuestas, ineficiencia política demostrada que con el tiempo podrá resultar cara esta desatención. Los sindicatos y sus dirigentes siempre han sido un hueso durísimo de roer, tan duro que la actual administración ya anunció que no "perseguirá" casos del pasado, asegurando que pugnará por elecciones libres en los sindicatos y que no tolerará ilícitos en Pemex. ¿What? Leído de este modo, lo que no fue en mi año no me hará daño, un Peace & Love que no corresponde a las demandas de un electorado muy crítico, amnistías que estarían fuera de ley y que no se deben acpetar tras las acusaciones realizadas por la STPRM. Seamos serios, López Obrador habló de la intervención de fuerzas federales en la vigilancia de instalaciones de Pemex y aseguró que su gobierno pondrá "punto final" para empezar una nueva etapa sin corrupción. En las redes sociales circula la mofa dónde la gran preocupación es saber si el tema es de gasolineras o gasolinerías, entre taquerías, panaderías y otro atole con el dedo para demorar lo que se avecina. Mientras AMLO sigue cantando el “sigo siendo el Rey”, otros estaremos tarareando el “acá entre nos, quiero que sepas la verdad…”, una necesidad de justicia que aumentó ante las últimas medidas implementadas por un Gobierno en contra de la corrupción. Pemex parece el caso ideal para medir el alcance del discurso y la lógica de los hechos, veremos si resulta la crónica de una muerte anunciada, se abren las apuestas… Javier Rueda
www.javierrueda.mx @ruedac