Los recursos previstos en 2020 para financiamiento por parte de la Banca de Desarrollo son 22 por ciento menores frente al presupuesto del año pasado, según datos de la Secretaría de Hacienda. Esto significa que los recursos disponibles para impulsar a empresas medianas y pequeñas excluidas por la banca comercial, caerán en más de 157 mil millones de pesos, frente al presupuesto de 2019. La institución con la mayor disminución de recursos es Nacional Financiera (Nafin) -que se orienta a empresas pequeñas y medianas- con 37 por ciento menos, que representan 147 mil millones de pesos. En tanto, Banobras -enfocada al desarrollo de infraestructura- disminuyó en 32 por ciento sus recursos de financiamiento para 2020, que equivalen a 21 mil millones de pesos y Bancomext en 6 mil millones. Banco del Ejército, el Banco del Bienestar y la Sociedad Hipotecaria Federal, no registraron caídas y en conjunto muestran un incremento de 17 mil millones de pesos. La disminución de los recursos de financiamiento de la Banca de Desarrollo se puede explicar por menor captación de ahorros, menor recuperación de créditos o por menores apoyos fiscales del Gobierno federal, comentaron expertos. De enero a noviembre de 2019, el otorgamiento de crédito de la Banca de Desarrollo cayó en 18.5 por ciento y la recuperación de cartera bajó en 6.5 por ciento frente a 2018, según datos de Hacienda. Además, según datos del presupuesto 2020, Nafin espera recuperar 150 mil millones de pesos menos de cartera de crédito frente a 2019, lo que impacta en el presupuesto total de préstamos anticipados. La decisión presupuestal de la Banca de Desarrollo proviene de un consejo directivo de cada banco. En esos consejos directivos participa la Secretaría de Hacienda, explicó Enrique Díaz-Infante, director del Sector Financiero y Seguridad Social del Publicaciones del Centro de Estudios Espinoza Yglesias (CEEY). La disminución en el presupuesto para créditos puede afectar la tasa de interés de los préstamos y el financiamiento total a los sectores prioritarios, explicó Carlos Vázquez, investigador de deuda pública en el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP). "En caso de que el presupuesto afecte a los fondos prestables, es decir, que la reducción del financiamiento otorgado para este año disminuya, afectaría de dos maneras: incrementaría la tasa de interés de los créditos que se otorgan haciéndolos más caros para disminuir el incentivo para el otorgamiento de préstamos. "Por otro lado, estos bancos van a tener menor disposición de recursos para los sectores prioritarios que se deben de estar financiando", dijo. --

Con información de Reforma

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