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06:46 miércoles 5 diciembre, 2018
PLUMAS NACIONALESEditorial EL UNIVERSAL /Nuevo gobierno, viejos retos
La Ciudad de México es motor económico, financiero, así como corazón político de la nación. De este modo, lo que ocurre en la capital impacta en distintas dimensiones en el resto del país. El reto que tiene frente a sí el nuevo Gobierno de la Ciudad de México es mayúsculo. La administración entrante recibe una capital con graves problemas en materia de seguridad, medioambientales, de movilidad, vivienda y económicos, entre otros. En un contexto de cambio como el que se vive, el desafío más grande es recuperar la credibilidad de la ciudadanía y reducir las desigualdades. Claudia Sheinbaum ganó la elección local de forma clara bajo la representación de Morena, partido al que también pertenece el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Esta afinidad puede resultar beneficiosa para los capitalinos en términos de coordinación y apoyo federal al nuevo gobierno de la Ciudad. La percepción de inseguridad que tienen los capitalinos se incrementó en los últimos años, del mismo modo que quedó demostrada la presencia y operación activa de bandas del crimen organizado en distintas zonas de la Ciudad. A estos fenómenos hay que darles cara y neutralizarlos cuanto antes. Otro pendiente es el fortalecimiento del Estado de derecho, lo que implica emprender acciones sobre el ambulantaje; tendrán que mejorar las condiciones para el desarrollo de pequeños negocios dentro de la formalidad. En el fondo, es imperativo promover una nueva cultura cívica basada en el respeto común. A pesar del vigor económico de la Ciudad de México, es necesario reducir la evidente brecha de desigualdad entre los habitantes. Las nuevas políticas de movilidad obligan a ver más allá de los automóviles, para reforzar el uso de transporte público masivo y de medios alternativos, como la bicicleta. La situación del Sistema de Transporte Colectivo Metro, por ejemplo, es deplorable. Algunos elementos más en los que la administración entrante tendrá que dar respuestas son la necesaria sustentabilidad del medio ambiente local, así como garantizar el abasto de agua. Está pendiente la agenda de reconstrucción de la capital luego de los sismos de septiembre de 2017, que afectaron a miles de familias y cientos de edificaciones, quienes después de tanto tiempo continúan en espera de apoyo oficial. El principal reto del nuevo gobierno es que la Ciudad no solo sea productiva y turística, sino lograr espacios en los que los habitantes puedan desarrollarse y aportar al beneficio común. El éxito del gobierno de Sheinbaum se reflejará en una mejor calidad de vida para los habitantes. No será fácil, pero es necesario implementar nuevas formas de resolver los problemas de la capital. OPINIÓN / Desafíos del nuevo gobierno
Finalmente, después de un larguísimo periodo de transición que estuvo marcado por acciones que se asemejaban más a las de un gobierno en funciones que a las de un gobierno electo, el pasado sábado se llevó a cabo la ceremonia de toma de protesta del presidente Andrés Manuel López Obrador, en condiciones totalmente distintas a las de ocasiones anteriores. El panorama político que rodea a esta toma de posesión es radicalmente diferente al que vivía el país hace seis, doce o dieciocho años. Por primera vez desde que en México se llevan a cabo elecciones democráticas, el Presidente de la República no podrá alegar falta de apoyo del Poder Legislativo a sus políticas. La gobernabilidad ha quedado asegurada con el respaldo mayoritario de ambas Cámaras del Congreso, de más de la mitad de las legislaturas locales y, lo más importante, el respaldo ciudadano como no se había visto en nuestra historia: más de treinta millones de ciudadanos le dieron su voto (53% de quienes acudieron a las urnas), que son su mayor fuerza para emprender los cambios que a lo largo de la campaña comprometió. Se pueden hacer muchas conjeturas del porqué de un triunfo tan apabullante de López Obrador, pero lo cierto es que la sociedad apostó por un cambio radical del cómo se venían haciendo las cosas en la política mexicana. Como reflejo del resultado electoral, también las expectativas de la ciudadanía se encuentran en su máxima expresión. El gobierno tendrá que encontrar soluciones rápidas a los graves problemas que padecemos para que la esperanza de la gente no se diluya rápidamente. De las transformaciones de fondo que necesita México, hay tres temas que estarán siempre muy presentes. El primero de ellos es el de la seguridad. En México nos gusta pensar que los problemas nacionales pueden resolverse simplemente con actos de voluntad de los gobernantes. Sin embargo, la crisis en materia de seguridad es tan dramática que pone en riesgo nuestra viabilidad como nación. Es urgente abatir los altos índices de violencia e inseguridad. La administración entrante ha optado por crear la Guardia Nacional. Por el bien de todos, que pronto se obtengan los resultados esperados. El segundo tema tiene que ver con abatir los altos niveles de corrupción e impunidad, sin duda, uno de los principales problemas de México. El reto es mayúsculo: erradicar las prácticas que debilitan el funcionamiento de la sociedad en su conjunto y, en especial, de nuestras instituciones de gobierno, hoy con un enorme descrédito en el ámbito internacional. Finalmente, el tercer tema tiene que ver con el crecimiento económico. Si bien es cierto que las últimas administraciones han hecho esfuerzos por construir una economía sólida y que tenemos estabilidad y bajos niveles de inflación, también es cierto que en los últimos cinco sexenios, nuestra economía sólo ha crecido en promedio al 2% anual, y que una franja muy importante de la población sigue viviendo en pobreza y, por si fuera poco, con desigualdad en aumento. El Presidente ha prometido que la economía crecerá al 4% desde el primer año de su gobierno pero esto no será fácil, la realidad internacional sigue imponiendo enormes desafíos a nuestro país. Para iniciar una etapa de crecimiento acelerado habrá que mejorar nuestra competitividad y ofrecer perspectivas más sólidas a futuro que permitan atraer mayores inversiones. Por desgracia, decisiones como la cancelación del aeropuerto de Texcoco no abonan en ese propósito. En suma, México tiene ante sí una nueva oportunidad que la administración entrante deberá enfrentar no sólo con determinación y visión de futuro, sino también con voluntad democrática. Las condiciones con que inicia son favorables para hacer los cambios y reformas que la realidad nacional exige para dar justa respuesta a las demandas de la ciudadanía.
Frentes Políticos I. Adiós al fuero. Ha costado trabajo, es cierto. Tema candente al interior del primer círculo político. La presentación de la iniciativa para acabar con el fuero del presidente y otros funcionarios se atoró en la Cámara de Diputados, justo cuando Mario Delgado, Pablo Gómez y Zoé Robledo se colocarían la medalla ante su jefe, Andrés Manuel López Obrador. La mayoría de Morena y los partidos de oposición tuvieron una confrontación legislativa en la que se acusaron de protagonismo y simulación. Los diputados avalaron en lo general la reforma, sin embargo, tres artículos fueron desechados. La fuerza bruta no fue suficiente para los de Morena. Ahora la iniciativa fue llevada al Senado, vía el subsecretario de Gobernación, Zoé Robledo, ya con la plana enmendada y el camino trazado; no vaya a ser que ahora el “Los quiero desaforadamente” de López Obrador se pierda en el camino. II. Pase a gol. Está muy tranquilo, pero en su municipio le llaman ya el peor alcalde de la historia. En unos días, las autoridades del nuevo gobierno tendrán un caso idóneo para indagar. El priista Armando Levi Torres Aranguren, alcalde de Calimaya, Estado de México, quien está por concluir su administración, deberá responder por diversas denuncias. Organizaciones sociales y vecinales presentarán, de un momento a otro, ante las autoridades, los casos de corrupción y serias irregularidades por parte tanto de Levi Torres como de algunos de sus colaboradores y hasta familiares cercanos. Todo le sale mal, menos las viejas mañas del poder: obras con costos escandalosamente inflados, desvíos y apropiación de recursos públicos; nepotismo y tráfico de influencias, entre otros. Anomalías que son un verdadero pase a gol para quienes abanderan la honestidad. Ya no dormirá tranquilo. III. La que faltaba. La próxima jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, hoy rendirá protesta sin ningún tipo de operativo de seguridad. Se espera la presencia de Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, en el Congreso capitalino. Tras iniciar la sesión, los representantes de las diferentes bancadas darán un posicionamiento de cinco minutos por cada grupo parlamentario y, a diferencia de otras ocasiones, estará la jefa de Gobierno para escucharlos. Tras la toma de protesta, Sheinbaum dará un mensaje y, al final de la sesión, también lo hará el presidente de la Mesa Directiva, José de Jesús Martín del Campo. Todo está calculado al detalle. Basta decir que su equipo de trabajo estará integrado por 17 personas, ocho mujeres, nueve hombres, y una tendrá el cargo como secretaria de Gobierno: Rosa Icela Rodríguez. Ojo con la CDMX. IV. Limpieza profunda. Juan Manuel Pérez Cova fue presentado como el próximo director del Heroico Cuerpo de Bomberos, con la promesa de poner orden y acabar con la presunta corrupción y venta de plazas. Hasta el momento, tras la salida de Raúl Esquivel, el Jefe Vulcano, y la permanencia de Ismael Figueroa, líder del sindicato de Bomberos, la corporación entró en una etapa de descomposición en la que hubo desde acusaciones de desfalco hasta violencia física. Pérez Cova es abogado y ha ocupado diversos cargos en la PGJ como director general de derechos humanos; también ha sido coordinador jurídico del Metro y docente en la UNAM. Se prevé un encontronazo entre el nuevo encargado y la dirigencia de Figueroa. Movilizaciones acechan a la investigación. La buena: por fin se pondrá un alto. V. Insistentes. En reunión, los miembros de la Conago le hicieron saber al jefe del Ejecutivo, Andrés Manuel López Obrador, que están en desacuerdo con uno de sus ejes de gobierno, los delegados federales, llamados superdelegados. Piden, entre otros puntos, que no recaiga en ellos la tarea de seguridad pública. Se acordaron tres temas: educación, presupuesto y el planteamiento de la separación de los delegados federales de la seguridad. Qué curioso. Le piden a López Obrador respeto a la ley, pero no permiten que aborde esta etapa con proyectos e ideas nuevos. A ver: llevan lustros haciendo las cosas mal y ahora que se trata de recomponer, pretenden quedarse igual. ¿Qué intereses oscuros no quieren que se revelen?, ¿O a qué le temen?