Durante este año, la administración estatal cumplió con el pago del servicio de la deuda pública por un monto de 523.2 millones de pesos, que incluye pago al capital por 157.8 millones de pesos, con ello, la reducción acumulada del saldo de la deuda bancaria asciende a 663 millones de pesos, 14.2 por ciento menos de lo recibido, informó el Gobernador de San Luis Potosí, Juan Manuel Carreras López.

El Jefe del Ejecutivo, puntualizó que la entidad potosina ocupa el sexto lugar entre las entidades con menor relación deuda / PIB Estatal, al pasar de la novena posición con 1.1 por ciento en el tercer trimestre de 2015 a 0.8 por ciento al primer trimestre de 2019, ubicándose por debajo de la media nacional situada en 2.7 por ciento y registrando el mejor valor en más de diecisiete años, conforme a lo publicado por la organización “México ¿Cómo vamos?” con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Como resultado de una política responsable en la administración de la deuda bancaria, la entidad ocupa el quinto lugar con menor deuda per cápita, con mil 249 pesos por habitante, significativamente menor al promedio nacional ubicado en 4 mil 297 pesos por persona.

Se mantuvo la calificación en el nivel de endeudamiento del Estado con grado sostenible, el máximo otorgado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) en su Sistema de Alertas, obteniendo por segunda vez consecutiva la máxima calificación (verde) en el semáforo de los tres indicadores relacionados.

En materia de calificaciones de deuda, la empresa Verum incrementó la calificación de deuda del Estado de A/M con perspectiva positiva a A+/M con perspectiva estable, y HR Ratings revisó al alza la calificación desde HR A- a HR A manteniendo su perspectiva a positiva, mientras que la calificadora Fitch Ratings mantuvo la calificación en A (mex) con perspectiva positiva.

Entre los factores que sustentan estas calificaciones las agencias destacan la sólida posición financiera del Estado originada por una buena y consistente generación de ingresos propios, la disminución significativa en el pasivo total, un moderado y decreciente nivel de endeudamiento a la par de una destacada generación de ahorro interno con relación a otras entidades federativas, así como balances (primario y financiero) positivos en periodos recientes.