Si Pepe Le Pew, el enamoradizo de ¡vive l'amour! debería ser retirado por contribuir a la ‘cultura de la violación’, de acuerdo con Charles M. Blow, columnista en The New York Times, y… Speedy Gonzales por propiciar el estereotipo racista, qué más esperar, cuando hasta a Doña Clotilde, “la Bruja del 71”, en la serie “El Chavo del Ocho” se le señala por acosar a “Don Ramón”. ¿Acaso Don Gato debería de ser señalado de pandillerismo, extorsión, timo, promover el juego clandestino…?

La serie que resultó un fracaso en Estados Unidos para Hanna-Barbera con la transmisión de 30 capítulos, entre el 27 de septiembre de 1961 y el 8 de abril de 1962; en México fue un éxito gracias al doblaje, teniendo como principal exponente a Jorge Arvizú, “El Tata”, quien le dio “vida” con su voz a Benito Bodoque y Cucho.

Sin olvidar las voces de Don Gato, Julio Lucena; Panza, Carlos Becerril; Espanto y Demóstenes, Santiago Gil; Matute, Víctor Alcocer. Pues bien, a Don Gato, ese felino astuto de color amarillo, que viste un chaleco morado –algunos dirán que es purpura– y sombrerito, se adueñó, como “los Pancho Villa”, de un callejón en Manhattan. Desde un bote de basura lo mismo usa el teléfono de la policía para organizar sus triquiñuelas, que promueve partidas clandestinas de póker; apuestas; rifas de artículos que no tiene… Un verdadero trinquetero. ¿Cuántos mexicanos se vieron influenciados por Don Gato y su Pandilla? ¿Habrá alguno que lo fijo como su ejemplo a seguir? ¿Corrompió su vida? Difícil creerlo. La caricatura marcó época por varias generaciones, cumplió con su cometido: divertir. Y dejó huella. Y si alguien lo duda, basta recordar que fue referencia en una mañanera de Andrés Manuel López Obrador por Benito Bodoque, ese noble, simpático y tierno felino. Don Gato pudo burlarse del oficial Matute; vivir a cuerpo de rey en el callejón gracias a la explotación de los integrantes de su pandilla; pero también tiene algo del presente. Este personaje bien pudiera encajar como “nini”; deshonesto; corrupto; pero bonachón. ¿Tú pensarías en eliminarlo?. -- Excélsior