Los ceros se han hecho inmanejables en la economía venezolana, cuya inflación diaria es el promedio anual de toda América Latina. Un letrero en una tienda de Caracas recuerda que la facturación no debe superar en un mismo día los 100 millones de bolívares porque, una vez alcanzado este monto, la máquina fiscal que registra las ventas del negocio se detiene por haber alcanzado el tope programado. "Hace tres meses hacía 100 millones en un mes, pero ahora, como van los precios, lo hago en 2 o 3 horas y la máquina se tranca y debo llamar a la empresa a que la resetee", explica José Rodríguez, dueño de la tienda. Sin embargo, el propietario no está vendiendo más, pero la devaluación del bolívar por la aguda crisis económica que atraviesa el país petrolero infla las cuentas con ceros. La destrucción del mecanismo de fijación de precios es lo que hace que, al recorrer un supermercado, se vean importes tan elevados y  dispares como el de una lata de 140 gramos de atún a 6 millones 300 mil bolívares o un kilo de carne a un poco más de 5 millones. "En el 99 por ciento de los casos la hiperinflación ocurre cuando los Estados entran en déficit y lo compensan con impresión de dinero. A Venezuela este proceso la agarra con toda la producción nacional en caída por una política de control de precios, al igual que la producción petrolera", explicó el economista Luis Oliveros. Los numerosos ceros de los productos básicos desaparecen, sin embargo, en la compra de gasolina. El salario mínimo en el país es de 5 millones 196 mil bolívares mensuales, lo que equivale a poco más de un dólar en la tasa paralela. Con esto, alcanza para comprar un kilo de carne o un tarro de mantequilla pero, paradójicamente, también para costear 866 mil litros de gasolina de 95 octanos, cuyo valor es de 1 bolívar por litro. El combustible mantiene el mismo precio desde 2016, la única vez en 20 años que se aumentó. "El subsidio que mantiene el Gobierno a la gasolina es inflacionario en sí mismo, porque el Banco Central está imprimiendo dinero para financiar a Petróleos de Venezuela (PDVSA) para que pueda cubrir ese gasto", agrega Oliveros. La inflación mensual superó la barrera del 100 por ciento y alcanzó las seis cifras pero, aunque los procesos hiperinflacionarios suelen durar muy poco, apunta el economista, en Venezuela no se están implementando las políticas necesarias, por lo que este fenómeno podría durar todo lo que resta del año. -- Reforma