Aunque el tocino es un sabor que muchos amamos, cuando Rianne Ward lo percibió en su salsa se indignó tanto que interpuso una queja con los mismísimos fabricantes del producto. Era un día normal como cualquier otro en la vida de esta madre musulmana originaria de la ciudad de Derby, en Inglaterra. Había salido de su trabajo como asistente de salud y se dirigía a su casa para comer con su hijo. Según contó a Derby Telegraph, decidió prepararse una pasta y acompañarla con una cremosa salsa vegetariana para lasaña, pero al empezar a disfrutar de su platillo recuerda que tanto ella como su hijo percibieron un olor extraño. “¡Mami, esto huele a tocino!”, le dijo el menor, según recuerda Rianne. La mujer se convirtió al islamismo hace siete años y, de acuerdo con su relato, ha evitado comer cerdo, pues hacerlo es un pecado en esta religión. “Y luego pasa esto”, mencionó Rianne. “Sentí como si hubiera traicionado a mi religión”. Rianne no se quedó con las manos cruzadas y corrió de regreso hacia la tienda para que olieran la salsa y se dieran cuenta de que su producto, etiquetado como vegetariano, estaba contaminado. Aunque en el supermercado le aseguraron que la salsa no contenía tocino, Rianne insistió en su queja, por lo que decidió enviar un escrito a los fabricantes y guardó el envase como una evidencia. La compañía no tardó en responder. Se trata de Aldi, un supermercado y fabricante de alimentos precocidos muy famoso en Europa y Estados Unidos. El vocero aseguró que el producto es vegetariano pero que tiene un distintivo sabor ahumado, a lo que se le atribuye el olor. “Lamentamos escuchar que la señorita Ward está insatisfecha con nuestro producto, pero le aseguramos que la salsa de lasaña es completamente libre de carne”, informó la empresa. Aunque Rianne sigue en espera de que se hagan pruebas a su producto, el escándalo volvió a traer una discusión sobre el peligro de los alimentos ultraprocesados, muchos de ellos, como el tocino, asociados al cáncer. MILENIO