Eran poco más de las 10 de la mañana del lunes 26 de marzo cuando se recibió una llamada de emergencia, se reportaba a una mujer muerta en la habitación 24 del Hotel Central, en la capital de Rioverde, municipio de San Luis Potosí. Tenía 28 años, presentaba dos heridas, en el cuello y en el tórax; identificada como Claudia N., vestía únicamente ropa interior. No es la primera historia de feminicidios que se conoce en ese municipio, con alta incidencia en el delito de homicidio y violación. El de Claudia es otro feminicidio que se presenta en esa región, a principios del 2018 murió en manos de su ex pareja, el cual después se suicidó y dejó huérfanos a cuatro menores de edad. No sobra decir la situación de violencia extrema que vivía cotidianamente esa mujer. Los vecinos de Claudia declararon cómo ella, vecina del Barrio de Los Ángeles, era víctima de una grave violencia doméstica, refirieron cómo muchos de los llamados al 911 no fueron atendidos. Imaginemos la situación en esa región que se llegó al extremo que la coordinadora del Centro de Justicia Para Mujeres Sandra Ávila Méndez, al ser cuestionada sobre el feminicidio declaró: “Tuvieron que pasar estos lamentables hechos para que muchas instituciones despertáramos”. Por lo que se ve no despertaron mucho que digamos. A pesar de que Claudia, según Derechos Humanos, hizo la denuncia, no fue atendida debidamente al no otorgarse las medidas de protección “porque ya no eran pareja”. Y siguen las historias tenebrosas: el viernes 12 de enero fue emitida una alerta por la desaparición de María C., de 32 años. La tarde del sábado 13 de enero era localizado el cuerpo sin vida de una mujer cerca de la presa El Peaje. Los restos encontrados corresponden a los de María, originaria, precisamente, del municipio de Rioverde. Había acudido a la capital potosina días antes, pero sus familiares perdieron contacto con ella, por lo que dieron parte a las autoridades, dolorosamente los padres tuvieron que ir a reconocer el cuerpo quemado de su hija. No creo que haya dolor más grande que éste. Y ahí está el caso de Odalys, la joven de 16 años cuyo cuerpo fue encontrado la mañana del pasado 12 de marzo suspendido en las rejas de los andenes de la zona de transferencia del transporte público. Las autoridades se apresuraron para afirmar que se trataba de un suicidio, sin profundizar en la investigación, sin el protocolo de feminicidio, como lo indica la ley, expusieron públicamente el cuerpo de la jovencita en medios de comunicación. En redes, familia de Odalys y organizaciones de la sociedad civil exigieron investigar el hecho como feminicidio y no suicidio hasta que se esclarezca el caso. Tan solo entre enero y marzo de 2018 se reportan 19 muertes violentas de mujeres en todo el estado de San Luis Potosí, sin que todas hayan sido tipificadas como feminicidios. ¿Son 17 feminicidios según la CEDH?, ¿son 19 muertes violentas según el Instituto de las Mujeres en el estado?, ¿son 21 de acuerdo con la Fiscalía General del Estado?, ¿y la alerta de género? No son datos, son vidas rotas, familias quebradas por el dolor, historias de violencia que va creciendo, que se podrían prevenir, pero no. La violencia y en especial la violencia contra las mujeres no están en el discurso de funcionarios, menos de candidatos y menos aún de las candidatas. Y tú ¿qué opinas? @Pfloresblavier