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La Gallardía mostró una capacidad de movilización inusitada y una estructura electoral hasta entonces desconocida.
23:11 sábado 4 junio, 2022
ColaboradoresHace un año La Gallardía ganó la gubernatura en las urnas. El triunfo, se sostuvo contra viento y marea hasta que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación declaró la validez de la elección. José Ricardo Gallardo Cardona, candidato de la Coalición “Juntos Haremos Historia” se convirtió en gobernador de San Luis Potosí. Había llegado al día de la jornada electoral con una sólida expectativa, de modo que la victoria no fue del todo sorpresiva. Durante tres meses de campaña, superó en intensidad a César Octavio Pedroza Gaitán, de “Va por San Luis”. El abanderado del PRIANRD había arrancado como favorito, pero en vez de crecer, se fue empequeñeciendo día a día. Al avanzar los primeros días de campaña, una que otra casa encuestadora daba cierta ventaja a Pedroza, sin embargo, el concentrado de sondeos de Oraculus, marcó a Gallardo Cardona como puntero. La delantera que habría tomado desde el primer mes de campaña, ya no la perdió.
El candidato de los partidos Verde y del Trabajo se mostraba con enorme dinamismo, en tanto que Pedroza no entusiasmaba como se esperaba; no prendió en el ánimo de la gente y lo peor, el PRI y PRD no significaban nada y parecían más bien un estorbo.
Gallardo se echó a la bolsa a miles de electores con promesas calificadas como populistas, pero que a la postre fueron eficientes. La Gallardía mostró una capacidad de movilización inusitada y una estructura electoral hasta entonces desconocida. Y si eso fuera poco, Mario Delgado Carrillo, presidente nacional de MORENA, al confirmar que la candidata de la 4T, Mónica Liliana Rangel Martínez iba en camino al fracaso, operó en favor de Gallardo. Le interesaba sumar votos en las elecciones federales y a cambio, fortaleció a “Juntos Haremos Historia”. Fue tal el acierto, que esa coalición se llevó cinco de siete distritos electorales federales. A las bases del obradorismo eso no les gustó nada, pero francamente a Mario Delgado eso le tenía sin cuidado. El jefe de La Gallardía superó con más de 60 mil votos a Pedroza. Le ganó en las urnas y luego en los tribunales. La elección siguió la cadena de impugnaciones desde el plano local hasta llegar al federal y el resultado no se revirtió. Llevamos un año de iniciar el cambio, ha celebrado el mandatario al referirse a la efeméride electoral. Para su grupo, es una fecha señera que marca un día histórico. Una fuerza política relativamente nueva alcanza el poder estatal en menos de tres lustros. No necesitó constituirse en partido político, se apropió primero del PRD y cuando este dejó de ser útil, hizo lo propio con el PVEM. Desde la minúscula y desprestigiada plataforma del Verde, ganaron la gubernatura porque La Gallardía creció sin que el PRI y el PAN se dieran cuenta de que llegaría a convertirse en lo que ahora es. La soberbia de esos partidos, les impidió ver un escenario que en el 2021 les preparaba una derrota anunciada. Hace un año perdió una alianza inédita, ni juntos pudieron. La Gallardía celebra y la oposición se duele de lo sucedido hace un año. Desde entonces, no encuentran el camino y han dado paso a un régimen de unanimidades por demás contraria a una sana vida democrática. La oposición brilla por su ausencia. No han logrado reposicionarse tras la derrota. Es tal la presencia de esa fuerza política que para el 2024 irán por todo. Tienen la certeza de que, desde el gobierno, los comicios pueden convertirse en simple trámite.
Si la oposición no se pone a trabajar, habría que empezar acostumbrarse a que La Gallardía se habitúe a celebrar sus victorias como ocurre hoy.