Otro mal informe de inflación de Estados Unidos de la semana pasada hará que la Reserva Federal siga aumentando las tasas de interés a un ritmo acelerado. Eso podría ayudar a impulsar el dólar estadunidense, elevando aún más el costo de las importaciones y el servicio de la deuda para muchos países. Los principales productores de energía están limitando el suministro, alimentando las presiones sobre los precios y ralentizando la actividad económica, especialmente en Europa. Nuevos datos de China mostraron una fuerte caída del gasto de los consumidores, otra señal de enfriamiento. Las economías que representan más de un tercio de la producción mundial se contraerán el próximo año, mientras que las tres economías más grandes del mundo (Estados Unidos, China y la Unión Europea) esencialmente se estancarán, según pronostica el FMI. En general, el FMI proyecta un crecimiento del 2.7% en 2023, frente al 3.2% de este año. Muchos de los encargados de formular políticas ven la alta inflación de Estados Unidos y la respuesta de la Reserva Federal como una amenaza central para sus propias perspectivas económicas. El índice de precios al consumidor de Estados Unidos aumentó un 8.2% en septiembre con respecto al año anterior, y los precios subyacentes, que excluyen los volátiles precios de los alimentos (+11.2%) y la energía (+19.8%) crecieron a la tasa más rápida en cuatro décadas. Es probable que la lectura del IPC subyacente mantenga a la Fed en camino de elevar su tasa de interés de referencia en 75 puntos base el próximo mes. El informe aumenta el riesgo de que los funcionarios retrasen una desaceleración en los aumentos de tasas. Los rápidos aumentos de tasas de la Reserva Federal este año ayudaron a atraer inversionistas a los mercados estadunidenses y elevaron el valor del dólar. Un dólar más fuerte aumenta los costos de las importaciones denominadas en dólares y el servicio de la deuda para muchos otros países. También ejerce presión sobre otros bancos centrales para que aumenten sus propias tasas de interés para proteger sus monedas, lo que posiblemente ralentice aún más el crecimiento. La economía estadunidense ha mostrado signos de resiliencia este año. El mercado laboral se está enfriando, pero se mantiene saludable. El gasto minorista de Estados Unidos se mantuvo sin cambios en septiembre desde agosto y aumentó un 8.2% respecto al año anterior. El FMI pronostica que la economía estadunidense se expandirá 1.0% el próximo año, por debajo de 1.6% de este año. El impulso de esa economía preocupa a otros países porque le da a la Fed libertad para subir aún más las tasas de interés. Una economía global debilitada, altas tasas de interés y un dólar fuerte. No existe una definición oficial de una recesión global, pero muchos economistas dicen que un elemento esencial es que el crecimiento económico cae por debajo del crecimiento de la población, o aproximadamente 1.1 por ciento. El Banco Mundial pronostica un crecimiento global del 1.9% el próximo año. Lo que nos tiene muy cerca de una recesión mundial.  Otro riesgo para la economía mundial es el peligro de que el rápido aumento de las tasas de interés provoque un desorden en el sistema financiero, advirtió el FMI en un informe la semana pasada. Un plan de recorte de impuestos del Reino Unido destinado a estimular el crecimiento desencadenó una importante liquidación de bonos el mes pasado, que obligó al Banco de Inglaterra a intervenir para estabilizar el sistema financiero.  Los responsables de las políticas económicas de todo el mundo están monitoreando las tensiones en los mercados financieros, sabiendo por la historia que el aumento de las tasas de interés puede causar amenazas a la estabilidad financiera de fuentes inesperadas. --

Dinero en Imagen