El reinado de Saúl "Canelo" Álvarez en la división de los supermedianos se acabó ante Terence Crawford, un boxeador que demostró que se merece un sitio entre los grandes de la historia de la disciplina. Triunfo por decisión unánime para el estadounidense, quien dejó en claro que es el mejor libra por libra de la actualidad.  Se pensaba que el peso sería un factor, que el poder del mexicano influiría a su favor, pero al final nada de eso sirvió, pues Bud, con su calidad superior, se quedó con un resultado que quedará en la historia del boxeo, pues se convirtió en el primer monarca indiscutido en tres divisiones en la historia. Merecido. No hay nada que cuestionarle.  Canelo y Crawford, dos ajedrecistas Aunque excampeones y figuras del boxeo estadounidense pensaron que Crawford se llevaría fácil la pelea, Canelo demostró por qué es uno de los grandes del boxeo en la actualidad, ya que fue capaz de dominarlo en los primeros dos rounds.  Sin embargo, enfrente está un rival también superlativo que sabe trabajar poco a poco las peleas y a partir del tercero lo empezó a hacer apoyado en sus incontables jabs que sólo sirven para desgastar.  Cuando vio que Canelo no podía pegarle fue cuando se animó a soltar los puños y lo hizo de buena manera, ya que poco a poco pegó especialmente en el rostro, aunque sin mucho poder, pero suficiente para empezar a sumar.  Y así es la escuela estadounidense en la que basta ganar los rounds con golpes claros, lo que le sirvió para desesperar al mexicano, quien poco a poco vio que su indiscutido se le escapaba de las manos sin poder hacer nada para evitarlo.  Porque pasó lo mismo que ante William Scull, que fue incapaz de cortar el cuadrilátero como quisiera y cuando por fin se animó, recibió una metralla de golpes no fuertes, pero sí claros que le ayudaron a sumar puntos.  Y cuando intentó llevar el encuentro al nocaut, no tuvo posibilidad de encontrar un golpe que ayudara a ello. Los jueces no dudaron, de hecho, nadie que vio el enfrentamiento. Estamos ante uno de los gigantes del boxeo.  FUENTE: MEDIO TIEMPO