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La joven fue golpeada, arrastrada por el suelo, obligada a sostener banderas y sometida a condiciones degradantes
07:23 domingo 5 octubre, 2025
MundoLa activista climática sueca Greta Thunberg fue víctima de torturas físicas y psicológicas durante su detención en Israel, tras la interceptación de la Flotilla Global Sumud, que buscaba llevar ayuda humanitaria a Gaza. Testimonios de sobrevivientes, documentos diplomáticos y denuncias de organizaciones internacionales confirman que la joven fue golpeada, arrastrada por el suelo, obligada a sostener banderas y sometida a condiciones degradantes.
Según informó The Guardian, la correspondencia del Ministerio de Asuntos Exteriores de Suecia dirigida a la familia de Thunberg reveló que se encuentra en una celda con chinches, deshidratada y con erupciones cutáneas.
"La Embajada ha podido reunirse con Greta (...) Informó que está deshidratada. Ha recibido cantidades insuficientes de agua y comida. También afirmó que ha desarrollado erupciones cutáneas que sospecha que fueron causadas por chinches”. "La arrastraron del pelo ante nuestros ojos”
Los relatos de activistas turcos que viajaban en la Flotilla coinciden en que la sueca fue convertida en símbolo del maltrato. Ersin Çelik declaró a la agencia Anadolu: "Arrastraron a la pequeña Greta del pelo ante nuestros ojos, la golpearon y la obligaron a besar la bandera israelí. Le hicieron todo lo imaginable, como advertencia para los demás”. Aycin Kantoglu, otra activista turca, explicó que Thunberg fue esposada y forzada a sostener una bandera israelí mientras la golpeaban: "La esposaron, le pusieron una bandera israelí en las manos a la fuerza y la golpearon”. El propio Çelik añadió en entrevistas a medios turcos que “Greta fue torturada de forma grave, la arrastraron por el suelo e intentaron forzarla a besar la bandera israelí”. Estas denuncias se suman a las de Bekir Develi, quien sostuvo que los prisioneros fueron esposados con las manos a la espalda y expuestos al sol por más de cuatro horas, sin acceso a comida ni agua. "Estuvimos 24 horas en prisión sin agua ni comida. Nos trataron con brutalidad”, declaró. Los sobrevivientes narran que estuvieron entre 36 y 40 horas sin agua ni alimentos, llegando a intentar beber agua del inodoro para sobrevivir. La activista turca Aycin Kantoglu relató que “nos hicieron registros corporales una vez tras otra, incluso nos revisaron los dientes. Pero no lograron intimidarnos”. Otro testimonio indicó que durante la madrugada los guardias irrumpían en las celdas con perros para impedirles dormir. El consejero italiano Paolo Romano declaró a la agencia AFP: “Nos trataron como animales”, explicando que fueron obligados a arrodillarse bajo amenaza de golpes mientras los soldados apuntaban con armas. El ministro israelí de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, agravó la tensión al difundir un video insultando a los activistas detenidos: "Estos son los terroristas de la Flotilla. No vinieron para ayudar, sino en apoyo de Gaza, de los terroristas”, afirmó, generando rechazo en las redes sociales. En contraste, miles de ciudadanos en Barcelona, Roma, Londres, París y Lisboa salieron a las calles para exigir la liberación de los activistas y denunciar lo que califican como un genocidio en Gaza. Rechazo internacional a Israel
El Ministerio de Exteriores de Turquía confirmó la llegada a Estambul de 137 activistas deportados, quienes al bajar del avión gritaron “Palestina libre” y denunciaron haber sido obligados a vestir uniformes de prisión.
Organizaciones de derechos humanos han condenado el trato recibido, advirtiendo que el caso de Thunberg es un símbolo del deterioro de las libertades civiles en la región. La activista Iylia Balais, de 28 años, resumió el sufrimiento: "Nos esposaron, no podíamos caminar, algunos fueron obligados a acostarse boca abajo en el suelo, luego nos negaron agua y a algunos nos negaron medicamentos. Fue la peor experiencia que he sufrido”. La flotilla que desafió a Israel
La Flotilla Global Sumud transportaba ayuda humanitaria destinada a Gaza cuando fue interceptada en aguas internacionales, a 70 millas de la costa, por la marina israelí. A bordo viajaban 450 activistas, entre ellos parlamentarios, abogados y defensores de derechos humanos.
Las autoridades israelíes trasladaron a los detenidos a la prisión de Saharonim, en pleno desierto, donde los testimonios apuntan a condiciones inhumanas.
Mientras tanto, la familia de la activista mantiene contacto con la Embajada sueca, que advierte sobre el deterioro de su salud. Las denuncias de tortura han provocado un llamado urgente de varias capitales europeas para exigir su liberación inmediata.
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