2 de 8 fueron los aspirantes a una candidatura ciudadana quienes lograron juntar los requisitos y pasar el entramado de pruebas que el órgano electoral local puso para ello. Lo anterior demuestra, al menos, dos puntos:

Ni es tan ciudadanamente sencillo acceder a una candidatura de este tipo, como en los últimos años las autoridades electorales y los partidos políticos junto a la sociedad civil han presumido que trabajarían y se haría todo lo cívicamente posible para lograr, bajo la bandera de refrescar la democracia nacional. Y tampoco los partidos políticos quieren que esto ocurra. Fácil y sencillo. Es desde las cámaras legislativas donde se dictan los ordenamientos, en este caso electorales, que regulan nuestra vida política.  Son los partidos los que, a través de sus diputados, las crean, modifican o anulan.

No les interesan. Entendamos. Si de verdad quisieran compartir el ejercicio político sin que sea condicionante pertenecer a un partido político o a sus partidos políticos, los 8 aspirantes estarían adentro. Y ya ni que decir lo que le prometieron a la sociedad civil los partidos políticos como el PRI-PAN-PRD. En ninguna lista plurinominal aparecen. No les interesa, no les interesamos.