"¡Fuera Morena! ¡Fuera Morena!" Fue el grito que acompañó este fin de semana a Macelo Ebrard por el pasillo de un restaurante en Jalisco mientras lo abandonaba.  Todavía no atravesaba la puerta y el video ya estaba recorriendo el país entero a través de las redes sociales. Así es la modernidad y su velocidad. Así es la ciudadanía y sus reacciones. En política, la temperatura social, la aceptación o popularidad, rechazo o impopularidad, se mide en los lugares públicos. No en los eventos organizados y programados. No en los lugares pre-armados con afines o invitados: en los restaurantes, plazas públicas o mercados.  Ahí sí es de verdad. El teatro político potosino ha tenido de todo estas últimas semanas. Y los mercados y plazas públicas han sido pautas para unos y otras. Todas y todos los políticos "se la juegan" a visitarlos o atravesarlas. Por ejemplo: los y las candidatas a la Alcaldía capitalina. Sonia, Sebastián y Enrique los más visibles. La primera ha sido bien recibida. Sin ninguna novedad tampoco. No ha tenido responsabilidad en esos lugares que amerite reproche o reconocimiento alguno. La ubican más como legisladora panista y hasta ahí. Al segundo, al contrario. Son dos extremos. O no lo recuerdan ni como Secretario General municipal (2018-2021) o tan lo recuerdan que le han reclamado -y hasta silbado- qué hizo por los mercados cuando pudo. Patético. Y el último. Su presencia es más relevante y no solamente como el candidato más aventajado en las encuestas serias. Sino porque busca reelegirse y lo que hizo ayer como Presidente Municipal se lo han reconocido hoy como candidato. Trae más carga responsiva su campaña y, por lo tanto, más todavía sus visitas a los mercados o sus caminatas por el Centro Histórico. Ahí sí se mide. Ahí sí se ha medido. Le ha ido mejor, algo habrá hecho bien. "Vox Populi, vox Dei"