La semana que cerró término igual de tormentosa para el PAN potosino, como inició el domingo hace 8 días.

La “elección” interna celebrada en el Comité Municipal capitalino desató una serie de testimonios, otra vez, de toda la peor ralea en que está sumida la dirigencia panista que comanda Xavier Azuara.

El exalcalde Jorge Lozano, el exdiputado Rolando Hervert y el diputado Juan Francisco Aguilar coincidieron en la misma tónica que se ha venido manejando en los últimos años.

Los números y cifras que en sus padrones internos manejan, son verdaderamente raquíticos.

La participación en su elección no llegó ni al 60% del padrón municipal.

Esto obedeció a la abulia y decepción de, en pocas palabras, no perder el tiempo frente a una elección maquillada y arreglada a modo para que ganara una total desconocida: Cristina Govea (afín al azuarismo, claro).

U otro burlesco ejemplo. Para ser consejero se deben de juntar 100 firmas que avalen la propuesta. Ni esas alcanzan.

Se debió recurrir a segundas convocatorias.

Los tres panistas coincidieron también en un nombre, aparte de Xavier Azuara, el del líder nacional. Marko Cortés.

Si su visto bueno no descansará sobre los hombros de Azuara nada de esto pasaría.

Es Cortés quien avala sus designios, acciones, imposiciones y negocios.

Es Cortés quien certifica sus decisiones y fortalece su cacicazgo

Es Cortés quien tiene también mucha culpa del PAN potosino.