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El Centro de Convenciones, el bautizo en el Salón 1 y después Dios dirá
00:02 jueves 19 mayo, 2022
DESDE LA REDACCIÓN SLPCuando el Centro de Convenciones de San Luis Potosí se construyó hace ya más de dos sexenios -en el cierre de la administración de Marcelo de los Santos- se hizo con la visión a futuro de que, no solamente la capital sino todo el estado, fuera el epicentro de congresos, convenciones, reuniones de gran y mayor calado que representaran una exposición misma para San Luis como oferta de su potencial en esta materia y por lo tanto lo que económica, política y socialmente representaría.
Una derrama en hotelería, restaurantes y servicios turísticos que marcarían la pauta. La realidad actual es distinta.
Desde la administración de Fernando Toranzo y la de Juan Manuel Carreras, si revisamos números, eventos, calidades, cantidades, actores y visitas, la conclusión es que el recinto máximo de las congregaciones para la que fue construido se convirtió en un “salonsote” de XV años, graduaciones y bautizos. Actos políticos e informes de gobierno. Nada más.
Eventos que bien pudieron realizarse en otras sedes u hoteles, jardines o salones privados sin mayor necesidad de los gastos que genera el mecanismo de operación del Centro de Convenciones sin ninguna retribución mayor para el sector.
Una competencia desleal. Pues siendo eventos locales, no reflejan ninguna ganancia a los entes que giran alrededor de este recinto: hoteles, restaurantes, agencias, servicios turísticos en general. ¿De qué le sirve a San Luis tener una infraestructura turística colocada en la 5ª posición a nivel nacional para recibir Congresos y Convenciones Nacionales e Internacionales si en el año 2019 -bajo la desastrosa administración turística de Arturo Esper y el gobierno carrerista- la entidad pasó de la posición 9 en Congresos y Convenciones a terminar hoy en día en la posición 22?
De nada. De nada entonces sirvió la estrategia -también de Juan Manuel Carreras- de colocar el Centro de Convenciones, la Fenapo o los Parques Tangamanga, por ejemplo, en operaciones burocráticas sin forma ni fondo y menos una directriz eficiente. De nada sirve que Patricia Veliz -actual secretaria de Turismo- justifique su ineficiencia aun con la pandemia y sus estragos o la desaparición de fideicomisos federales si no tiene en su agenda fechas cerradas para recibir congresos lo que resta del año (y ni hablar de 2023 o 2024).
Los expertos en materia turística -expertos, no improvisados- hablan de fechas y eventos cerradas con 2 o 3 años de antelación. De los ingresos seria tema de otra mañana. El gobierno municipal capitalino ha logrado mayor atracción turística en el mismo tiempo. Distinto proceder y voluntad. De nada nos sirve entonces seguir reconociendo a funcionarios -como Patricia Veliz- que siguen justificando sus errores en la pandemia sanitaria y en la mediocre tarea inmediatista del bautizo en el Salón 1 del Centro de Convenciones y después ya Dios dirá.
De nada. Hasta mañana…