La tarifa del camión urbano pasó de $11.50 a $12.50 pesos, y aunque las representaciones estudiantiles universitarias y alguno que otro sector levantaron la voz y reclamaron “que es una atrocidad”, aún así el aumento se 'logró '. A esto súmele usted que la misma Secretaria de Comunicaciones y Transportes reconoce que el 30% de las unidades del transporte urbano están totalmente fuera de su vida útil.  Este detalle viene a aderezar toda la desastrosa realidad del servicio de transporte público concesionado de nuestra ciudad capital. Unidades viejas y choferes mal pagados y explotados y por lo tanto enojados, son el caldo de cultivo perfecto para que la sociedad se queje de los aumentos cada año y el estado no haga nada. Al contrario. Siguen concediendo los aumentos, siguen permitiendo los abusos y siguen consintiendo que los dueños de las concesiones, los permisionarios, se hagan del drama anual para lograr su cometido. Ya no se ven aquellas manifestaciones encabezadas por los afectados, por ejemplo los estudiantes, ya no. Ahora lo que se ve es que hubo acuerdos escondidos para tener los aumentos.