Viendo y analizando cifras ya no tenemos ni tiempo ni paciencia para culpar al covid.

Y menos quedan argumentos. La crisis sanitaria desatada desde el primer trimestre de 2020 nos paralizó tanto en actividades económicas, laborales, académicas, sociales en general.

No hubo forma ni manera. Y ahí si caben razones mas no excusas. Arturo Esper, titular de la SECTUR de Juan Manuel Carreras, utilizó a la pandemia como su “salvavidas” perfecto para tratar de librarse de su responsabilidad.

El resultado en su gestión fue evidente y desastroso. Pues no hubo ni planeación posterior y se comprobó que tampoco hubo previa política turística. Hoy las cifras que arroja el aeropuerto potosino pintan para desenmascarar las políticas y estrategias que el gobierno de Gallardo a través de su titular turística, Paty Veliz, tiene en mente.

Ninguna. La afluencia y dinámica de pasajeros en el primer trimestre de 2018 fue de casi 143 mil pasajeros. Los años siguientes en el miso periodos casi iguales. 

En 2019 137 mil.

En 2020 -en el inicio de la tragedia sanitaria y sus consecuencias- igual. 

En 2021 bajó considerablemente -y justificable- a casi 83 mil. Estadística que se entiende. Tomando en cuenta que en 2021 la pandemia estaba en el cenit de su número rojo.

Lo que ahora no se entiende es que, en este mismo periodo, pero de 2022, se tenga una contabilización de casi 122 mil pasajeros.

¡Menos que el año 2019 y 2020! Demostrando que ni se tuvo una planeación y estrategia previa -desde el 26 de septiembre, fecha de ingreso del gobierno de Ricardo Gallardo-por parte de la autoridad turística a fin de levantar el barco tambaleante del turismo de negocios y placer en suelo potosino. Las condiciones de movilidad positivas comenzaron desde mediados del año pasado, inclusive. ¿Qué está pasando en la SEC TUR? Hasta mañana…