El próximo sábado se vence el plazo para que las mujeres interesadas en participar en el proceso interno para elegir a la sucesora de Juan Francisco Aguilar presenten sus cartas de intención. Hasta hoy solamente dos los han hecho: Lidia Argüello y Verónica Rodríguez. La primera de gran trayectoria y respeto al interior del blanquiazul tanto a nivel local como nacional, pues se ha desempeñado en carteras que le han permitido conocer las entrañas de este partido, como consejera local, nacional; de igual manera en la función pública como delegada de Gobernación por un buen periodo. Y la segunda, abogada, regidora en la pasada administración y candidata a diputada local por la vía plurinominal. El drama empezara sin duda.  Identificada con el azuarismo, Verónica lleva ventaja de recolección de las firmas y apoyo de militantes. Llevará en su fórmula a Jaime Waldo Luna, ex regidor también en la pasada administración y muy cercano al ex candidato a la gubernatura de la coalición, Octavio Pedroza. Lidia Arguello, hasta hoy apoyada por las otras tres mujeres que buscaban también lograr los apoyos y la candidatura: Wendy Rodríguez Galarza, “Tete” Cárdenas y Josefina Salazar.  El frente que pretenden contra el “azuarismo” tomará forma si son apoyadas por la dirigencia estatal de Juan Francisco Aguilar, como se ha comentado.  De lo contrario el PAN seguirá viviendo el drama singular que le tiene postrado en tercera fuerza política, en una falta de timón para ser una verdadera oposición y en la pérdida de credibilidad y claridad en ser el partido que fue. O sea en pocas palabras, el PAN quedará en algo así como le llaman a la carta que deben presentar las que aspiran a la silla de Zenón Fernández -la “carta de intención”-, puras viles intenciones.

Y nada más. Hasta mañana