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Escuelas y El Saucito, retos pendientes
00:10 martes 28 octubre, 2025
Colaboradores
ESCUELAS NO SON ESPACIOS SEGUROS. Dicen que “la vara con la que mides, serás medido”. Y en el tema del acoso y agresiones escolares, esa vara parece torcida. Apenas en mayo pasado, la Secretaría de Educación estatal reconoció entre 10 y 12 casos semanales de acoso escolar en San Luis Potosí, mientras la Comisión Estatal de Derechos Humanos había recibido al menos 88 quejas en lo que iba del año. Detrás de esos números hay rostros, heridas y silencios que no aparecen en los reportes oficiales.
Casos como el de un alumno de telesecundaria en Rioverde, golpeado por sus compañeros bajo el pretexto de un “juego” pero cuyas autoridades escolares no atendieron ni prestaron atención, o el de padres del Instituto Hispano Inglés que denunciaron la indiferencia ante el acoso a sus hijos, evidencian una realidad preocupante: las escuelas, que deberían ser espacios de aprendizaje y seguridad, se han convertido en escenarios de violencia silenciosa. Expertos han alertado que los primeros signos aparecen incluso desde preescolar, pero los adultos, maestros y directivos, muchas veces no saben, o no quieren, intervenir.
Recientemente, tras la agresión a una estudiante en la Facultad de Derecho de la UASLP, el secretario general de Gobierno pidió sancionar tanto a los agresores como a las autoridades universitarias que no cumplieron su deber de cuidado. Tiene razón. Pero esa misma exigencia debería aplicarse en cada escuela pública o privada del estado. Si una universidad debe rendir cuentas por la seguridad de sus alumnos, también la SEGE debe hacerlo por los menores bajo su resguardo.
Las agresiones escolares no son solo un problema de convivencia, también son una falla institucional. Cada vez que una escuela calla, una infancia aprende que la violencia se tolera. Y si se sigue midiendo con distintas varas, una para lo mediático y otra para lo cotidiano, se seguirá aprobando con honores la indiferencia. Porque el verdadero examen no se presenta en el aula, sino en la forma en que se cuida a quienes la habitan.
EL SAUCITO, UN PROYECTO QUE NO TERMINA DE ENCONTRARSE. El proyecto de rehabilitación del Saucito presenta un nuevo rediseño, ¿Este representa una oportunidad para que, ahora sí, las obras respondan a las verdaderas necesidades de los vecinos y comerciantes del barrio? Después de varios ajustes, se siguen escuchando las voces de quienes viven y trabajan ahí, lo cual es un paso importante hacia una planeación más participativa y sensible al entorno.
El Saucito es una zona con gran valor histórico y social para San Luis Potosí, y su recuperación debe verse más allá de lo estético. Si las modificaciones recientes buscan mejorar la movilidad, la seguridad y el comercio local, entonces los cambios tienen sentido. Lo importante será que los resultados se traduzcan en beneficios visibles y duraderos para la comunidad.
Ojalá esta tercera versión sea la definitiva y logre equilibrar la modernización con el respeto a la identidad del barrio. Si el proyecto se concreta con una visión social, incluyente y funcional, el Saucito podrá convertirse en un ejemplo de cómo el diálogo entre autoridades y ciudadanía puede transformar los espacios públicos para bien.
¡Hasta mañana!