La responsabilidad y nombre que dan los miembros de una entidad -pública o privada-, agrupación, corporación o empresa debe rebasar los horarios de trabajo establecidos en un contrato. No se deja de ser empleado o cabeza de un grupo cuando suena la alarma del cambio y salida del turno o cuando dan las 15:00 horas en una oficina de gobierno. Al contrario, el nombre que se representa en una “camiseta bien puesta” es la que le da respeto tanto al que la porta como de donde se viene. Lo que ocurrió la pasada madrugada navideña en la caseta de entrada al exclusivo fraccionamiento del Club de Golf “La Loma” debe de prender los focos rojos de corporaciones privadas y entidades públicas sobre el comportamiento de sus trabajadores, pues las redes sociales dan primero cuenta en donde trabaja y su cargo que el nombre del responsable. Si el señalado como conductor de la camioneta de la marca BMW, es un “alto funcionario” de la citada armadora alemana, con mayor razón la gerencia de la empresa automotriz debe tener una respuesta contundente, tanto para dar la cara frente a los lesionados, como a la sociedad potosina misma que vemos en este tipo de empresas una alta gama, no solo en sus productos, sino también en sus elementos. Del asombro de imágenes que se volvieron virales, a la respuesta del Club que a los guardias de seguridad “no les paso mayor cosa”, pasamos por el flashazo de la otra historia.

¿Y si hubiera sido una tragedia mortal por el influjo de la velocidad y alcohol a manos un empleado de la BMW en una camioneta de la BMW en un fraccionamiento en donde no se permite una velocidad mayor a los 30 km/h?

¿Qué opinaría el fraccionamiento?

¿Qué opinaría la empresa BMW?

¿Qué opinaría el conductor? Si BMW quiere guardar y seguir manteniendo en alto el nombre y honorabilidad que caracteriza a la industria alemana, a una empresa como BMW, deben dar una respuesta mayor y si es que sus políticas internas, al encontrar elementos de un comportamiento negativo aun y fuera de su horario laboral, así los obligan, todavía mejor.

No hablamos de una tragedia, ¿y si, si?. Hasta mañana…