Este fin de semana se celebra el proceso de renovación de la dirigencia estatal del Partido Acción Nacional.

Se verá un domingo álgido en el recinto de los blanquiazules. No un día de campo.

Por una parte, la candidatura que encabeza Lidia Argüello y por otro lado Verónica Rodríguez.

De ambas no se puede negar su panismo ni su trayectoria política. Una más en cuanto a la temporalidad, pero ninguna con reproche alguno dentro de sus compañeras y compañeros de partido.

La primera, candidata ligada al grupo identificado como “azuarista” cuyo dominio en el PAN ha sido evidente en los últimos años. Y que inclusive la misma Lidia Argüello, mínimo hace un año, cuestionaba y reprochaba. Hoy es su flamante candidata.

No cuenta con apoyos representativos, al contrario, tal vez le cobren lo que Xavier Azuara hizo o no hizo para unos y otros.

Y la segunda, al contrario. Inició su vida política bajo el brazo de ese grupo y hoy, al advertir el abuso en el que había caído esa “secta”, decidió separarse y encabezar su propio grupo.

Apoyada por personajes como don Marcelo de los Santos, Octavio Pedroza o Alejandro Zapata.

Respaldada por una gran mayoría de los casi 90 consejeros quienes encontraron en ella lo que con Azuara perdieron.

Domingo: la gran oportunidad histórica de renovar desde sus entrañas la dirigencia panista potosina o seguir con la misma de historia sin oportunidades.