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Universitarios al grito de...
00:03 miércoles 8 noviembre, 2023
DESDE LA REDACCIÓN SLPEl que egresados de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí visiten sus aulas -invitados por directivos o por catedráticos-, para que en sus recintos compartan un poco de su trayectoria académica de la mano con su ejercicio profesional, es muy distinto a que ya adentro, invitados de la misma manera, tomen las tribunas universitarias y lleven acabo actos políticos o emitan comentarios proselitistas en favor de un color o un partido.
No solamente es incorrecto. Es un acto de burla a la institución y un corriente comportamiento. La Universidad sigue siendo antojo de intereses externos tan perversos como tontos. Si un diputado, por ejemplo, egresado de sus aulas, acude a dar una platica de derecho parlamentario o administración pública o biología molecular de manera brillante ¡bienvenido! Es el egresado, no el diputado. Pero si acepta y acude para hablar de temas que desconoce o, peor aún, de temas indebidos en el lugar o motivo de la invitación, es una vileza. La reacción de los universitarios será inmediata. El universitario es sensible en sus fibras, pero fuerte en sus acciones. La muestra se tuvo ayer por la mañana.
El que un grupo de alumnos hayan decidió reprobar la presencia del diputado morenista Cuauhtli Badillo -quien cumplía solamente con el requisito de egresado de la Facultad de Contaduría- se debió a que violentó la línea del respeto entre una visita de cortesía y una política.
Cerraron los accesos, evidenciaron el acto y su nombre. A diferencia de la visita del hoy secretario General de Gobierno estatal, Guadalupe Torres, quien -en su calidad de abogado egresado-, fue invitado y estuvo ayer por la tarde en la Facultad de Derecho, disertando sobre temas jurídicos desde su experiencia.
Tranquilo y en paz el visitante.
Tranquilos y en paz los anfitriones. El universitario, en su sensibilidad, advierte la mala fe y la reprueba. Lo que le pasó en la UASLP al diputado morenista Badillo, le puede pasar a cualquiera que pretenda burlar su honra.
Más todavía si quiere disfrazarse de universitario respetuoso de sus reglas por el hecho de tener un título que no le garantiza valor universitario. Y que con sus acciones demuestra una bajeza inversamente proporcional a la grandeza de nuestra universidad que, a pesar de los años, está y estará por encima de gobernantes, gobiernos, colores, partidos, diputados y todo interés ajeno a su gran nombre.