No se puede hablar de la historia de nuestro San Luis Potosí, y de quienes -locales o foráneos- hemos decidido encontrar en ella el brebaje de una formación humana y profesional, sin citar su nombre: Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

Capítulos, personajes, acontecimientos y tantas páginas de su historia forman parte del libro de nuestra entidad. No se puede hablar de uno sin citar a la otra.

Su presencia ha sido por décadas la de formar parte del engranaje de su vida y del cimiento de nuestra grandeza potosina.

La de preservar y darle vida a la ciencia e investigación, formando profesionistas con la responsabilidad que amerita su prestigio mismo y su categoría académica.

Hoy San Luis Potosí está de fiesta bajo la divisa gloriosa de celebrar el primer Centenario de la Autonomía de nuestra Máxima Casa de Estudios.

Celebración que debe llenarnos de júbilo a todas y todos los potosinos, independientemente de que seamos o no egresados de sus aulas, dejando a un lado un sentido de pertenencia unilateral porque lo tenemos y abriendo el gozo a un orgullo histórico general.

Es obligación de todas y todos los potosinos proteger y enaltecer su nombre.

La centenaria celebración va más allá.

Si buscamos el respeto de quienes no han respetado a la UASLP, aprendamos también a respetarla.

Hoy más que nunca la autonomía no debe verse como una concesión de trillada y constante mención abusiva donde algunos “universitarios” justifican y esconden sus indecentes actuares sin responsabilidad alguna.

Al contrario, debe ser la responsabilidad en su actuar mismo.

Ser libres en su gobierno y pensar, sí. Pero responsables de su actuar, resultado y consecuencia.

Celebremos la grandeza de este primer centenario y defendamos también su nombre.

Ese que ha revestido de gloria las páginas de nuestro San Luis Potosí.

Gloria que seguirá elevándose en las alas del águila que escuda su emblema -protegiéndola también de quienes la han querido dañar sin éxito por más de un siglo- y que, a más de estos 100 años de vida autónoma, enmarcará rumbosa su nombre en el infinito cielo de su tunero nido: la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

¡Enhorabuena!

“Siempre Autónoma por mi Patria Educaré"

Hasta mañana…