Los recientes acontecimientos suscitados en la Canaco -a raíz de las elecciones para el cambio de su dirigencia- representan un acontecimiento sin precedentes en los últimos años.  En las últimas décadas, las cámaras empresariales mas representativas en San Luis, como la COPARMEX, CANACINTRA, CANIRAC, CANADEVI, CMIC, CIRT o la CANACO misma, junto con IPAC, AMEXME, AMPI, ADERIAC o UUZI se han caracterizado por la fortaleza en sus dirigencias de la mano con sus agremiados, sin aspaviento alguno que manchara sus nombres. Logrando, por lo tanto, conjuntar una fuerza única para ser un contrapeso y voz en las decisiones y acontecimientos de la vida publica y privada de la entidad frente a los poderes y actores públicos. Naciendo así, por ejemplo, la alianza empresarial San Luis.

¡Ejemplares! En cualquiera de estas agrupaciones, no se trata de hacer menos las aspiraciones que puedan tener una, dos o tres pretendientes a dirigir el destino de sus agremiados. 

Se trata de que sus dirigencias -desde el inicio de sus gestiones- pretendan y logren una unidad de cordialidad con un mismo fin, salir adelante con los retos y objetivos de cada cámara. Sin llegar a divisiones al interior que fracturen su fortaleza. Para eso se trabaja políticamente con tiempo y no solo al llegar el relevo. 

Para eso también son los liderazgos empresariales. La CANACO, como las demás cámaras, seguirá dando forma propositivamente en un dialogo que abone y no que destruya. Las cámaras empresariales potosinas son más que un interés personal o de grupo. Son entidades -integrados por hombres y mujeres- que han transcendido al tiempo, a sus actores y aconteceres.

Son grupos de respeto, que sus mismos agremiados -incluidos sus líderes- deben de seguir guardando por el respeto de ellos y ellas mismas. Y el llamado no es solo para una cámara en particular, es para todas. Ninguna está exenta. Si lo quieren lógrenlo. Si no, haganse a un lado, las cámaras son más que esto. Hasta el lunes.